Entrevistas

Terapia rehabilitadora

Todo normal en el Hospital Universitario de Canarias. Las cosas marchaban bien. No hubo complicaciones a lo largo del día y los pacientes estaban atendidos sin problemas. Sin embargo, nadie lo esperaba: un médico, listo para comenzar su intervención, se desploma. Atónito, el anestesista que lo acompaña se convierte en su salvador. Las labores de reanimación fueron extremadamente rápidas, lo que le sirvió para salvarlo y evitar la muerte súbita.

Así relata uno de los momentos más apasionantes de su carrera profesional el Doctor Enrique J. Enríquez, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario durante años y que ha dejado el testigo a la que fuera su alumna y adjunta: la Doctora Magdalena Sabaté Bel.

Dra. Sabaté Bel, jefa del servicio de rehabilitación del HUC/EFE

Quizá no le haya ocurrido nunca, pero mucha gente esquiva la muerte a diario. Es en ese momento cuando inician una nueva vida y hay que prepararse para ello. A ese médico y a otros tantos, se le tuvo que someter a un ejercicio de rehabilitación cardiaca, un proceso que trata de habituar al corazón, nuevamente, al desarrollo normal de sus funciones. Es un servicio que no podía atenderse en las mejores condiciones hace unos años. Ahora, tras la ampliación del centro sanitario de 2009, ha conseguido ser referencia en el archipiélago canario.

“La rehabilitación no es solo arreglar huesos y músculos. Es mucho más amplia y abarca muchos más aspectos de los que la gente se cree: trata los trastornos neurológicos, los accidentes cerebrovasculares, las lesiones nerviosas periféricas, las lesiones medulares, entre otros aspectos”, afirma Enríquez.

No es un buen tiempo para la Sanidad y menos en Canarias, que se ha visto sometida a constantes recortes a lo largo de los últimos años. Parte de la opinión pública muestra su malestar, constantemente, por la degradación de los servicios médicos. Sin embargo, las inversiones llevadas a cabo por el Gobierno de Canarias en el Hospital justo antes del estallido de la crisis económica, ha supuesto la última gran mejora de la calidad del servicio de Rehabilitación.

Las claves

“La medicina de rehabilitación es la ‘interfase’ entre la medicina interna y el propósito activo de la recuperación funcional”. Por ello, desde 2009, el paciente que precise su uso puede disfrutar de unas instalaciones amplias y ordenadas, lo que dista mucho de la situación anterior. Según la Dra. Sabaté, “donde estábamos antes localizados era muy limitado. Desde que nos hicieron el cambio, tenemos una mejora considerable”.

La mejoría se siente en las caras de los trescientos pacientes que son atendidos, a diario, por todo un equipo horizontal coordinados por nueve médicos rehabilitadores. Enfermeros, fisioterapeutas, trabajadores sociales y psicólogos conforman todo el engranaje y se preocupan de que cada paciente reciba una atención óptima hasta su recuperación. Sin embargo, falta otra pieza: el terapeuta ocupacional. Estos son los encargados de rentrenar al paciente para la vida diaria y, de momento, su puesto no ha sido ocupado.

El Dr. Enríquez apuesta por la cercanía y no contempla con buenos ojos la reducción de los centros externos. “Las características orográficas de las Islas y la forma de comunicación, justifica el que existan zonas donde se trate al paciente muy próximo a su área”. Lo ideal es que un paciente con diabetes -un conjunto de trastornos metabólicos que afectan a los niveles de azúcar en la sangre- “lo tratemos cerca de su casa para que pueda tener una rutina y una alimentación que no dependa del transporte”. Alargar el proceso de rehabilitación por este motivo puede “alterar el tratamiento”. Para evitarlo, el Hospital moviliza al personal médico hasta La Laguna cuatro veces en semana, tres al Puerto de la Cruz e Icod de los Vinos y dos a Tacoronte, municipios de la Isla de Tenerife.

Aun así, hay veces que el paciente debe salir de la isla. El resultado de la valoración funcional que realizan los médicos, es decir, los déficits o síntomas que tiene un paciente y su repercusión en el desarrollo de su vida diaria y profesional, puede ser una lesión medular, de columna. Estos deberán ser trasladados al Hospital Doctor Negrín de Las Palmas, el centro especializado. Y aunque pueda ser un trastorno, esta ‘cercanía’ es una mejora sustancial de la calidad de vida del paciente canario. Hace un tiempo “la unidad de referencia era Toledo para toda Andalucía y Canarias”, afirma la Dra. Sabaté.

Incertidumbre

La sanidad se paga con los impuestos de todos los ciudadanos. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha dado una situación muy incómoda para el paciente y el médico. El resultado final de un tratamiento es, en ocasiones, la implantación de una ortesis, un aparato para el desempeño de una función motora. El coste solía ser cero para el paciente porque el Gobierno de Canarias las cubría.

Según afirma Enríquez, “ha habido restricciones: hasta hace dos años podías indicar una ortesis sin problemas”. En cambio, muchos pacientes tuvieron que cubrir el coste porque las ortopedias no recibían el dinero del Gobierno. Parece que se revierte la situación, “pero no es cómodo que te digan ‘mire doctor, yo eso no me lo puedo comprar’. No sabemos hasta donde van a llegar las restricciones. Es un fenómeno europeo”.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *