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¿Qué tienen en común el Guernica, una patera y el 15-M?

El Museo Reina Sofía de Madrid ha creado una Escuela de Mediación con el objetivo de crear prácticas que tengan en cuenta a la población del barrio de Lavapiés, donde está situado el museo. Buscan hacer el museo más inclusivo y atractivo.

Esta iniciativa pionera en el Reina Sofía, que se suma a otras ofertas culturales que encontramos en Lavapiés, ha reunido a un grupo de vecinas y vecinos de Lavapiés con una visita guiada en español, francés y wólof, las dos últimas lenguas habladas en Senegal, cuya población es una de las comunidades más numerosas de habla no española que forman parte de la amplia riqueza multicultural del barrio.

Una mediadora de origen senegalés, vestida con los alegres colores del traje tradicional de su país, ha sido la encargada de guiar al grupo buscando conexiones para acercar la historia de las obras expuestas a las personas que han hecho esta visita. Frente al enorme lienzo del Guernica, ha relacionado el trabajo de Picasso con los millones de personas refugiadas africanas que han huido de su país, como en su momento hizo el pintor antes de pintar la famosa obra en Francia. Es una de las guias formadas por la Escuela de Mediación.

La Escuela forma a personas migrantes para que sean las que, además hacer la visita en las lenguas maternas de las personas visitantes, interpreten y busquen una relación o conexión emocional para que entiendan y conecten con las obras expuestas en el museo.

“No se trata tanto de contar quién es Picasso, cómo era su vida, o cómo pintó el 'Guernica' sino de ver qué tiene que ver el cuadro con situaciones que vivimos actualmente”

Hanan Dalou, coordinadora de la Escuela de Mediación del Reina Sofía.

Exilio, colonialismo, fronteras y 15-M.

Se va más allá de una mera traducción. En sus formaciones la Escuela de Mediación trabaja la interpretación de las obras del museo en torno a cuatro temas: exilio, colonialismo, fronteras y 15-M. Hay personas en formación de Bangladesh, Latinoamérica, Marruecos o Senegal que crean sus propias visitas al museo y buscan las narrativas para esas visitas adaptándolas a cada cultura. Buscan relacionar la obra con elementos que creen lazos de unión y comprensión entre culturas.

Origen del proyecto.

Tras la muerte en 2018 de Mame Mbaye, un mantero de origen senegalés que falleció a causa de un infarto en Lavapiés tras una persecución policial, el Reina Sofía llevó a cabo un trabajo de diálogo e identificación con sugerencias y necesidades de colectivos del barrio.

De ahí nació el proyecto Museo Situado; una asamblea permanente en la que participa el museo junto a asociaciones, plataformas y vecinas de Lavapiés que ha puesto en marcha, entre otras iniciativas, una escuela de español, otra de derechos para personas migrantes con filósofos, historiadores, abogados especializados en derechos humanos o activistas. La relación entre las partes sigue activa generando más conexiones entre el museo y el barrio.

Historia del museo

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, conocido comúnmente como Museo Reina Sofía, abrió sus puertas al público en 1992, ubicado en un señorial edificio del siglo XVIII que albergó el Hospital General de Madrid, frente a la popular estación de Atocha.

Foto de la facjada principal del edificio del Museo Reina Sofía
Fuente: Museo Reina Sofía

Lavapiés hace treinta años vivía una transición, desde la degradación económica y social que dejaron los “movidos” años 80 en la capital, camino a un modelo de barrio –inspirado en barrios berlineses similares– sirvió de caldo de cultivo de creación de activismo cultural y político, agitación artística, además de un ejemplo de redes vecinales y dinámicas que comenzaron a dar al barrio la animada vida que hoy conocemos. Podemos ver cómo era ese Lavapiés de finales de los 80 en escenas de “Bajarse al moro” (Fernando Colomo, 1988).

Hoy, iniciativas como estas ayudan a romper barreras y prejuicios, haciendo más inclusiva y comprensible una de las galerías de arte más importantes del mundo. Aunque la entrada principal del Reina Sofía esté en la fachada opuesta a Lavapiés y esto haga que el histórico edificio dé la espalda al barrio, el trabajo conjunto que hemos visto a ambos lados es ejemplo de diversidad y convivencia, mucho más allá del barrio cool o urderground que se ve si no se profundiza lo suficiente.

Fuente: Museo Reina Sofía

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