Lurueña: “Nunca me rendí al creer en aquel sueño que tenía de niño de viajar al espacio”
Sus ojos azules reflejan la grandeza de un firmamento, de un mundo en el que nada es imposible, en el que cada reto es un paso más hacia la superación. Pero en su corazón se refleja la nobleza de aquel sueño de niño que le llevaba a contemplar de noche las estrellas y pensar “algún día yo estaré allí”. Jamás abandonó ese sueño y hoy aquello ha sido la mecha que le ha impulsado para estar a punto de convertirse en el segundo español en viajar al espacio.
Felipe Pulido: ¿Qué se siente cuando uno está a punto de viajar al espacio?
E.L.: No tengo palabras para expresar ahora mismo lo que siento, yo creo que cuando llegue el momento de viajar ya lo podré decir. Lo he soñado tantas veces, lo he imaginado tantas veces en mi cabeza, que es algo indescriptible. Cuando esté allí arriba y baje lo podré decir, pero hasta entonces no puedo expresarlo.
F.P.: ¿Qué preparación ha llevado a cabo durante este tiempo?
E.L.: Ha sido un año de preparación intensa. Teníamos que tener conocimiento de astronomía, un poco de ingeniería, astrofísica, una preparación física para soportar la Fuerza ‘G’, desenvolvimiento en medio hostil y mantener la calma en situaciones de presión. Ha sido un año de pruebas psicotécnicos, psicológicas, de personalidad, pruebas físicas, centrifugadora, montar aviones de combate… En definitiva, una aventura.
F.P.: ¿Tiene que seguir preparándose hasta el momento en que se produzca el despegue?
E.L.: Sí, ahora tenemos viajes en Rusia, en Holanda… Hasta que nos den la fecha tendremos que estar apretando los dientes para hacer bien estas pruebas.
F.P.: ¿Hay fecha ya para el viaje?
E.L.: En julio hacen unos test oficiales que obligan a nivel gubernamental, para lo que es la nave en el espacio. La Space Expedition Corporation ya tiene su nave, que mandan a la Estación Espacial Internacional, son los que mandan los suministros allí. Ya fuimos testigos de cómo el Falcon 5, su último cohete, daba allí los suministros. Están acabando unos temas de presurización de la cabina, pero ya tienen la tecnología puesta en el espacio, hacen los test en julio y nada más acabar nos ponen fecha para irnos para arriba.
F.P.: ¿Ya impaciente?
E.L.: (Risas) Deseándolo, la verdad es que como dice el refrán, no puedes explicar el color verde a un ciego. Es imposible expresar lo que estoy sintiendo ahora mismo. Estoy impaciente, pero sobretodo ilusionado. Merece la pena el esfuerzo y la constancia, la tenacidad.
F.P.: Lo de mamá quiero ser astronauta, pero a los treinta años, ¿Cómo incidió en su familia?
E.L.: Cuando era más joven estudié un poco de astronomía, mis padres me compraron, cuando era un niño, un curso de astronomía. Yo soñaba con ello y quién diría, lo hablo a veces con mi padre, que serviría para tener unos conocimientos más avanzados en esta rama, que me serviría junto al resto de conocimientos hoy para ir al espacio. Mi familia está acostumbrada a verme a superar retos. El haber quedado campeón del mundo en mi modalidad, hacer récord mundial, haber estado actuando en Estados Unidos…
F.P.: Ha sido campeón del mundo de artes marciales…
E.L.: He conseguido ocho títulos mundiales: dos mundiales de Kung-fu, dos de artes marciales, un Abierto de Estados Unidos, y tres medallas de oro en las olimpiadas de artes marciales; a parte de seis títulos de España y de otros campeonatos mundiales. Pero bueno, siempre lo veo como una manera de superar mi cuerpo, a través del entrenamiento de la mente, lo que me ha venido muy bien para convertirme ahora en astronauta. Por ejemplo, pelear como peleé hace dos años con los ojos vendados que es una auténtica locura
F.P.: El paso que está dando ahora lo hace con los ojos vendados, o tiene los ojos bien abiertos…
E.L.: Voy con los ojos abiertos, y bien abiertos. He estado entrenándome allí en la Nasa, que ha sido increíble. Nos presentamos más de un millón de personas de todo el mundo. El haber estado con Buzz Aldrin, la segunda persona en pisar la Luna, que nos ha estado explicando lo que va a ser el viaje, que el tiempo pasa distinto, que un minuto allí es diferente que un minuto en la tierra. El haber aprendido con Buzz Aldrin es que te lo digo y ni me lo creo. La atmósfera termina a los 100 kilómetros de altura, pues desde los 100 kilómetros todo lo alto y todo lo lejos que se pueda llegar mejor. Todo lo que nos acerque a la luna, bienvenido sea.
F.P.: ¿Cómo se enteró de la competición, impulsada por Axe Apolo?
E.L.: Salió en la tele. Yo recuerdo unos meses antes de esto que le decía a mi familia: “no sé ni cuando, ni como, pero sé que algún día voy a ir al espacio”. Y justo se presentó en la tele y dije aquí voy yo, algo dentro de mí me decía que lo iba a conseguir, según iba pasando prueba tras prueba. Aunque hay que reconocer que ha habido mucha gente muy bien preparada; había gente de la Agencia Espacial Europea, deportistas de alta competición… Gente con una preparación a nivel físico e intelectual brutal. Y yo me preguntaba “cómo que ahí estoy yo con tanto genio”. Al final es la voluntad y la tenacidad, esa porción de alma que todos tenemos, lo que me ha llevado a lograrlo.
F.P.: ¿En qué consiste exactamente su misión en el espacio?
E.L.: Yo iré de copiloto, además de poner a prueba la nave. Si va dando resultados poco a poco se iría bajando el listón para que el resto de civiles puedan ir al espacio. También en la parte de atrás de la nave se hacen experimentos científicos.
F.P.: ¿Cuánto tiempo estará allí?
E.L.: Son vuelos suborbitales, parte de la información es un poco confidencial, porque hay otras compañías trabajando en ello también. Saldremos de la atmósfera a partir de 103 kilómetros de altura todo lo alto y lo lejos que se pueda. Sé que alcanzamos 3.500 kilómetros por hora para salir de la atmósfera del puerto espacial de Curaçao, en Brasil. Se despega, es como un caza de combate, pero con un tipo de cohete nuevo, no tiene demasiada gasolina, no es contaminante. La Space Expedition Corporation tiene tecnología de vanguardia. Tras ponerse en vertical y coger 3.500 km de altura, en unos pocos minutos te saca de la tierra. La reentrada es cayendo empicado soportando hasta casi ‘5-G’ de fuerza.
F.P.: ¿Cree que hay vida más allá de la tierra?.
E.L.: Puedo hablar en plan filosófico, por lo que pienso que sí; y en plan científico, solo por la probabilidad del millón de estrellas y galaxias que hay, por lógica, tiene que haber vida ahí fuera. Te contesto lo que me dijo Buzz Aldrin: “No descarta nada”. O sea que todo lo que vea ahí arriba, yo lo cuento.
F.P.: Si se encontrara alguien de otro planeta que le daría o le diría…
E.L.: Más que decirle le preguntaría y le pediría un poco de ayuda para solventar la situación que tenemos aquí en la tierra; los problemas, las enfermedades… Pensar en los problemas y en el bien de nuestro mundo.
F.P.: ¿Le daría cerámica talaverana?
E.L.: Sí, (Risas) Todavía estoy viendo que puedo llevar en la nave de Talavera o de Castilla-La Mancha para tenerlo allí en el espacio en ingravidez y decir esto ha estado allí arriba. Plantar la bandera y decir lo hemos logrado.
F.P.: Este éxito ya le coloca en la cima mundial básicamente…
E.L.: Sí, pero yo no buscaba ni fama, ni dinero, ni nada; sólo buscaba cumplir ese sueño que tenía de niño de ir al espacio. Nunca me rendí de soñar por él. Yo creo que la diferencia que tenía yo con el resto de aspirantes es que jamás había perdido ese sueño, otro en cambio cuando crecen se olvidan de ello. Sólo con cumplir ese sueño me siento satisfecho.
F.P.: ¿Ya de pequeño jugaba a viajar al espacio?
E.L.: Sí, recuerdo estar tumbado en una silla en casa de mis abuelos y jugar como si fuera una nave de la guerra de las galaxias. Tengo un montón de recuerdos de mi infancia, de mi adolescencia. Recuerdo salir hasta hace poco mirar al cielo a las estrellas y decir: “quiero ir ahí arriba”. Y fíjate ahora va a ser cierto”.
F.P.: Va a ser cierto, pero además va a ser el segundo español en viajar al espacio…
E.L.: Sí, tras Pedro Duque, porque Miguel López-Alegría tiene nacionalidad americana, se crió y estudió en Estados Unidos. Habiendo estudiado, habiendo crecido, habiendo partido las raíces totalmente de España soy el segundo astronauta español y el primer civil en pisar el espacio. Yo creo que ser el primer civil es algo muy importante porque abre la puerta a que tú, a que yo, a que todos los que están viendo ahora esta entrevista, puedan ir al espacio algún día.
F.P.: ¿Cree que ello será posible?
E.L.: Sí, porque habiendo visto todo desde dentro, no se puede luchar contra el avance científico. De aquí a 10 o 15 años va a haber una revolución. Igual que el avión hace un siglo parecía una cosa de locos, en 100 años va a ser algo normal viajar al espacio. Yo confío y tengo fe en la humanidad en que todos podamos conocer las estrellas.
F.P.: Tras haber superado casi ya los límites de la gravedad ¿Qué otros sueños le quedan ya por cumplir?
E.L.: Ahora mismo voy a publicar mi primer libro, de cómo a través del entrenamiento mental se puede conseguir cualquier cosa en la vida. Incluso empecé a escribirlo antes de todo esto. A pesar de haber conseguido mis estudios universitarios, el haber actuado en EEUU, el haber peleado con los ojos vendados, haber sido campeón del mundo varias veces, el haber sido capaz de romper ladrillos con un dedo… Enfocando bien tu mente se puede conseguir lo más imposible. En este libro cuento un poco las bases para conseguirlo. Se está traduciendo al Chino al inglés y al Francés. Se llama ‘La Magia de lo Real’ y que saldrá en Marzo. Han colaborado médicos, biólogos, científicos. Ha sido algo muy especial y me gustaría que la gente lo leyera. Ver que todo lo que se busca en la vida está al alcance de la mano. A mí cuando me decían que nadie lo había hecho, yo decía, voy a ser el primero en hacerlo
F.P.: ¿Dónde se encuentran los apoyos para decir voy a hacer lo que nadie ha hecho?
E.L.: Parte de la vida es el fracaso, es decir cuando te caes. Cada error te ayuda a madurar. Es escalar una montaña cada vez más alta. Teniendo a familia, o amigos, ello te anima a luchar. Aunque sea una única persona la que cree en ti, solo por eso habrá merecido la pena. También quiero hacer alguna expedición. Me gustaría unirme a Diego Cortijo. ¿Por qué no acompañarle en alguno de sus viajes? Y, ¿quién sabe?, en expediciones, Marte cada día está más cerca.