Privacidad en Internet: las cookies
La privacidad en internet se ha convertido en un problema que afecta ya a millones de usuarios. Hoy en día, el 97% de la información que se transmite es telecomunicada, y todo lo que ocurre en la red queda registrado. Las llamadas cookies actúan como ficheros espía y dan cuenta de los hábitos de los usuarios.
Internet es un gran escaparate, la gente publica información para sus amigos a la que en muchas ocasiones también tiene acceso gente desconocida. El usuario proporciona muchos datos de forma voluntaria, pero también suministra otros sin darse cuenta. Cuando se accede a los buscadores o redes sociales, o cuando se realizan compras o se visitan webs en general se está suministrando información propia sobre los hábitos e intereses del usuario, gracias a las cookies.
Por todo ello, recibir publicidad online sobre productos que se han buscado en la Red no es casualidad. Pero el rastro que dejamos en Internet también se usa con un fin estadístico o para mejorar la navegación de un usuario en la Red, algo de lo que actualmente informan casi todos los portales web.
Hay varios tipos de cookies, las de sesión son intocables porque permiten la navegación, pero las cookies de seguimiento funcionan como un programa espía que consigue información sobre los hábitos de navegación, y permite la utilización de datos personales obtenidos de manera anónima y sin consentimiento para enviar la llamada publicidad comportamental. Un claro ejemplo, y de fácil consulta, son páginas de venta online, donde se busca un producto y al rato visitando otras páginas web se encuentra publicidad de ese producto.
Lo primero que se debe hacer es llegar al problema central de la disputa. El problema no son las cookies, son las aplicaciones que las utilizan, la manera de hacerlo, la información que guardan y cómo la distribuyen. Con lo cual, si lo que se pretende es regular el uso de las cookies, se quiere regular el uso de Internet, y eso lamentablemente no funciona actualmente porque los usuarios de la sociedad de la información usan Internet como les parece oportuno.
La solución podría estar en que las industrias lleven a cabo códigos de autorregulación, siempre y cuando no se olvide la protección del consumidor. Para ello existe la Agencia de Protección de Datos que debe encargarse de ello y dar amparo a los usuarios de internet a la hora de evitar que determinadas empresas hagan un mal uso de la información personal que bien voluntaria o involuntariamente se está divulgando a través de internet. Ambas partes deben llegar a un equilibrio o un acuerdo con tal de tener una solución adecuada, tanto para la industria como para la protección del consumidor.
