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Malasaña: recorrido por sus enclaves históricos

Nos adentramos en el barrio de Malasaña, un lugar con un gran bagaje histórico en el que viven conocidos como el diseñador David Delfín o la cantante Alaska y por el que han pasado artistas de la talla de Fabio McNamaraMiguel Ordóñez o Pedro Almodóvar, que eligió este lugar para concluir el rodaje de La piel que habito.  


Imagen de la parada de metro 'Tribunal', una de las estaciones de Malasaña. Fotografía: Natalia Escobar
Imagen de la parada de metro ‘Tribunal’, una de las estaciones de Malasaña. Fotografía: Natalia Escobar

También conocido como barrio de las Maravillas o de la Universidad, este distrito debe su sobrenombre a Manuela Malasaña, una costurera quinceañera que perdió la vida el 2 de mayo de 1808 durante los levantamientos madrileños contra las tropas napoleónicas. Una versión sostiene que la adolescente falleció mientras ayudaba a su padre a defender la zona y otra apunta que fue un disparo en la cabeza ejecutado por dos soldados franceses lo que causó su muerte en plena calle.

Sea como fuere, lo cierto es que la joven se ha convertido en un hito para la ciudad y para el barrio, donde aún sigue siendo recordada.

Delimitado por las calles Princesa, Gran Vía, Fuencarral, Carranza y Alberto Aguilera, este alfoz porta un gran bagaje histórico. Algunos de sus enclaves más característicos son el Centro Cultural Conde Duque, la calle del Pez, la de San Bernardo, la de la Palma, la Plaza de San Ildefonso o la del 2 de mayo, entre otros.

Imagen del Arco de entrada al parque de Monteleón. Fotografía: Natalia Escobar
Imagen del Arco de entrada al parque de Monteleón. Fotografía: Natalia Escobar

Esta última no es solo uno de los puntos de referencia de este lugar, sino también de la ciudad entera. Se trata de un amplio espacio que alberga zonas infantiles de recreo, bancos, árboles y zonas verdes, estatuas y bares. Es difícil encontrar este lugar vacío, pues en él se dan cita a diario vecinos de todas las edades.

En el centro de la misma se erige el arco de acceso al parque de Monteleón, donde tuvo lugar la resistencia del pueblo madrileño a principios del siglo XIX. Hoy, en esta zona encontramos a gente ensayando con su respectivo instrumento, así como a decenas de bohemios que eligen este emplazamiento para tomar una cerveza y conversar.

Vista de los carteles que se encuentran en la calle del Pez. Fotografía: Natalia Escobar
Vista de los carteles que se encuentran en la calle del Pez. Fotografía: Natalia Escobar

Otro de los lugares clave del barrio es la calle del Pez, sita a escasos metros de la parada de metro ‘Noviciado’, uno de los puntos neurálgicos de Malasaña. De naturaleza sinuosa, esta vía debe su nombre a una leyenda que sostiene que en la antigüedad pasaba por allí un río que terminó por secarse y que el último pez superviviente fue a parar en manos de Blanca, hija del propietario del lugar, Juan Coronel.

Malasaña siempre ha supuesto un foco de innovación en Madrid y en la actualidad aboga por lo moderno y por la multiculturalidad; prueba de ello es la gran diversidad de etnias que conviven en este lugar.

A lo largo de sus calles, en las que se respira un aire bohemio, encontramos una gran cantidad de pequeños negocios, la mayor parte gastronómicos. También, muchos bares que conforman la red nocturna de Malasaña; Algunos de ellos, como El Penta, La Vía Láctea o la Sala El Sol llevan decenas de años en funcionamiento, como los que fueran los templos de la ‘movida madrileña‘.

Se trata, por tanto, de un barrio con vida propia por el que no solo transitan sus vecinos, sino también muchos otros que acuden para desconectar del ajetreo de la gran ciudad, tanto de día como de noche.

El siguiente vídeo muestra una síntesis visual del distrito:

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