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Permiso de paternidad de 16 semanas, un salto en materia de igualdad

Con la llegada de un nuevo miembro a la familia muchas son las cosas que cambian. Es motivo de alegría, sin embargo, es una gran responsabilidad. Cuidar de la descendencia es un deber, un trabajo, que históricamente ha sido encomendado a la mujer, quien habiendo pasado recientemente por un parto debía hacerse cargo de si misma, una casa y ahora, un bebe demandante de atención constante.

Ante un padre prácticamente ausente en las labores del cuidado, compaginar esto con un trabajo formal era poco menos que dañino para las mujeres. Bajas por maternidad, jornadas reducidas, excedencias… todo esto disuadía al contratante de decantarse por un hombre antes de por una mujer en edad gestante, sin tener en consideración que este también podría ser padre, salvo que esto no afectaría a su rendimiento laboral ya que él tenía el privilegio de no tener que cuidar.

A partir de ahora, padre y madre tendrán la obligación hacer uso de al menos 16 semanas de baja por permiso de paternidad intransferibles. De estas, las 6 primeras serán obligatorias, consecutivas y a jornada completa, tras el parto. Las otras diez podrán disponerse en periodos semanales, interrumpidamente o no, durante el primer año de vida del pequeño. Pero no serán transferibles.

Esto supone un gran cambio ya que comúnmente, estas semanas se transferían a la madre, recayendo en ella todos los cuidados y cerrándole oportunidades en el mercado laboral. Con esta nueva medida se da un gran paso en igualdad, ya que la conciliación ha de ser una de las máximas en la lucha por los derechos de la mujer, que en muchas ocasiones ha sido relegada al papel de gestante y cuidadora.

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