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Librerías con olor a café

En Madrid hay miles de cafeterías para todos los gustos; para adictos al café recién hecho, de la repostería artesanal, del té más exótico y, por supuesto,  también para lectores en busca de un rincón acogedor donde acompañar su libro con un tentempié. Cafeterías en las que los granos del café y los dulces conviven dentro de un ambiente bohemio con libros, revistas, discos de vinilo y cómics. 

Ya son muchas las tiendas de libros donde se han colado sillones de orejas, mesitas vintage, notas musicales, cafeteras italianas, botellas de crianza y grifos cerveceros. Una tendencia que muchas librerías madrileñas han incorporado como deleite imprescindible a su rutina.

Librería Ocho y Medio

A través de sus grandes ventanales, se anuncian atmósferas encantadoras que invitan a ensimismarse entre las páginas de un sinfín de títulos.

Los barrios de Lavapiés y Malasaña se han convertido en terreno perfectamente abonado para la proliferación de estos espacios entregados al ritual de la lectura y al oficio de la conversación entre cafés, dulces y cócteles. 

Cafetería «La Infinito»/ Autor: Bianca Maria Munteanu

Sin duda, pocas actividades resultan tan placenteras como la de acomodarse frente a un café para compartir el silencio de una buena lectura. Son cafés-librerías con encanto que se extienden por toda la ciudad y que resultan perfectas para dejar pasar las horas perdidos en otros mundos de ensueño.

Hablamos de lugares como la librería Ocho y medio, situada en un entorno de lo más cinéfilo (entre las salas Golem y Renoir). Un lugar de culto para los amantes del séptimo arte que reúne más de 15.000 volúmenes en español, inglés, italiano y francés en sus estanterías, y donde también se puede encontrar una selecta sección de DVD’s y múltiples carteles de películas, camisetas, calendarios y todo tipo de artículos vinculados al mundo del cine. 

Cafetería «La Infinito» / Autor: Bianca Maria Munteanu

O de La Infinito Café Libros, uno de esos sitios encantadores que invitan a quedarse a vivir en ellos. Pensado para diurnos y nocturnos, se puede desde desayunar hasta tomar una copa por la noche. Todo mientras se disfruta de un buen libro. El lugar lleva a sus máximas consecuencias su lema «Café-Libros-Arte»y todo, en un esquinazo del barrio lleno de luz. Un verdadero espacio cultural siempre abierto a muchas propuestas artísticas.

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