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Las tiendas de barrio aún tienen sitio en Collado Villalba

Con más de 61.500 habitantes, Collado Villalba se ha convertido en la denominada “capital de la sierra”. Sede de varias empresas de la zona oeste de Madrid, cuenta con una de las estaciones más importantes de la capital, convirtiéndose así en una urbe de crecimiento exponencial. Sin embargo, ¿qué hay de las tiendas de barrio?

Durante años, los habitantes de la localidad madrileña han podido ver como sus barrios, urbanizaciones y calles aumentaban de tamaño con la llegada de nuevos ciudadanos. Esto ha hecho posible la creación de centros comerciales y deportivos, locales de ocio y restaurantes. Sin embargo, ¿qué ocurre con las tiendas de barrio? Aunque a día de hoy pasan desapercibidas, aún son muchas las que quedan a lo largo y ancho de Villalba.

Relojería ‘Casa Juan’. Fuente: Google

La relojería ‘Casa Juan’. ¿Hay algún villalbino que no haya oído hablar de ella? Con su tienda en la Calle Real, esta relojería lleva dando cuerda al tiempo desde los años 50. Primero empezó Juan, de quien viene el nombre de la tienda. Pero no dudaron en coger el relevo sus dos hijos, Fernando y Ángela. Con un pequeño taller a un lado de la tienda, el local se encuentra en uno de los edificios más antiguos de la ciudad.

Y en esa misma calle, todo el que visite el municipio podrá disfrutar de la ‘Pastelería Hernández’. Quizás su tamaño engañe, pero en su interior se encuentran productos desde, propiamente, pastelería y panadería, hasta embutidos y carne de todo tipo. Su nombre hace referencia a dos hermanos que decidieron montar varios negocios en Villalba. Sin embargo, esta pastelería es uno de los más conocidos.

Pastelería Hernández. Fuente María García Frutos

La Rocha es otro de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad. Aunque es uno de los menos antiguos de esta lista, se podría decir que esta papelería ha vendido millones y millones de libros. Cuando Villalba no tenía el tamaño del que goza ahora, La Rocha era la única tienda dedicada a la venta de libros de texto y material escolar.

Papelería La Rocha. Fuente: María García Frutos

En un principio, la papelería se encontraba al final de la Calle Real, una de las vías principales del municipio. Sin embargo, la gran demanda y el aumento de su oferta fue el motivo por el cual decidieron trasladarse a una nave de gran tamaño y dividida en dos plantas del polígono industrial (foto sobre el texto).

Ultramarino del barrio de El Gorronal. Fuente: María García Frutos

La tienda de ‘El lechero‘ se encuentra en el Gorronal, el barrio obrero de Villalba. El nombre proviene de la profesión que mantuvo durante años su fundador, ejerciendo de lechero y yendo de casa en casa con botes de leche de vacas recién ordeñadas. Ahora, la tienda se encuentra regentada por dos de sus hijos y adquiere el nombre de ‘Autoservicio’, haciendo referencia a la cantidad de artículos para el hogar que alberga en su interior.

Retrocediendo y yendo dirección a la Biblioteca Municipal, nos encontramos con la tienda de otros dos hermanos. Esta vez, se apellidan Cámara, y dan nombre a una de las tiendas más reconocidas del municipio. ¿El motivo? Llevan más de 55 años suministrando todo tipo de productos relacionados con el hogar. Hilos y botones, sábanas y edredones, colonias y perfumes, toallas y albornoces… Cuentan con dos tiendas en el municipio, y una de ellas se encuentra junto a la siguiente maravilla de la lista.

Volvemos a la Calle Real y a la frutería más antigua de la localidad. El edificio en el que se encuentra ya demuestra la historia con la que cuenta esta tienda en Villalba. Todos los edificios que la rodean han sido modificados o derruidos. Pero esta frutería sigue en la calle más importante del municipio intacta, sin ninguna reparación e inmune al paso del tiempo.

Una de las tiendas de los hermanos Cámara (dcha) junto a la frutería más antigua de Collado Villalba (izqda). Fuente: María García Frutos

En vista a la tendencia exponencial de ciudades como Villalba de realizar compras online o, en su defecto, en grande superficies, es todo un logro que estas tiendas de barrio hayan aguantado el paso del tiempo sin verse en la necesidad de cerrar. Y es que aunque podamos encontrar cualquier producto en las redes, lo cierto es que nada se compara con el encanto que tiene acudir a tu «tienda de confianza» para que te pongan «lo de siempre». Porque no hay mejor manera que realizar tus compras sabiendo que, desde el momento en el que entras por la puerta, conocen a la perfección cuáles son tus preferencias.

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