Las Salesas aboga por un pequeño mercado para incentivar el consumo
Los comerciantes del barrio madrileño de Las Salesas apostaron por la celebración de una feria los días 6 y 7 de diciembre para incentivar el consumo en las tiendas más pequeñas.
Para el pequeño comercio es todavía más complicado soportar la crisis. Lleva años padeciéndola y su supervivencia muchas veces constituye un oasis en medio de las grandes multinacionales que operan en Madrid. Pero ante la falta de medios y los terribles datos económicos –España, por ejemplo, ha pasado de tener 2.174.200 parados en el primer trimestre de 2008 a superar los 6.202.700 desempleados en el mismo período de este año 2013-, los pequeños comerciantes del barrio madrileño de Las Salesas decidieron abogar por organizar un pequeño mercado los días 6 y 7 de diciembre en la plaza que recibe el mismo nombre que el barrio; el mismo que durante las dos jornadas decoró sus calles con banderas de diferentes tonalidades y ofreció promociones y ofertas en casi todas sus tiendas para incentivar el consumo.
En la Plaza Salesas, entre bombillas de colores, calefactores de fuego y stands de madera, los vendedores locales que se animaron a participar en la muestra lucieron sus mejores productos. Un puesto de juguetes artesanales, otro de vinilos, varios de confitería y diferentes conciertos a lo largo del día fueron la principal apuesta de la feria que comenzó en el trigésimo quinto aniversario de la Constitución y acabó al día siguiente con el concierto de Lucía Scansetti.
Sus artículos, alejados de la producción de las grandes cadenas, se ofrecieron al público en un intento de reivindicar la calidad de la fabricación artesanal y la diferenciación de las tiendas más pequeñas. Para los melómanos, el puesto de vinilos; para los buenos comensales, los de las pastelerías, y para los niños y los músicos, la tienda Pianos, un rincón musical y de fantasía con miniaturas de carruseles y norias en el que también se vendían los instrumentos musicales que tienen por nombre el mismo que la tienda.
Sin embargo, las impresiones al terminar la última jornada no tuvieron el mismo cariz que el escenario, decorado e iluminado durante los dos días que duró el mercado. Muchos se acercaron a ver, a tocar y a curiosear con sus propios ojos el qué se ofrecía y el cuánto costaba, pero no fueron tantos los que tomaron la determinación de comprar y dejarse unas monedas. Un comerciante reconocía “el momento complicado por el que está pasando” mientras Lucía Scansetti apuraba sus últimas canciones. El ambiente navideño, la decoración, las ofertas y el pequeño mercado en la Plaza Salesas no fueron suficientes para incentivar un consumo que en España continúa desmoronándose. Hoy en día, más que nunca, vale menos mirar que comprar.
*Datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística (INE).