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Teatro Luchana presenta Souvenir, dirigido por Fran Perea

El actor y cantante Fran Perea debuta como director teatral con Souvenir, un drama escrito por el dramaturgo Pablo Díaz Morilla, texto que ha sido galardonado recientemente con el Premio Autor Express 2017 por la SGAE y que permanecerá en el Teatro Luchana hasta el 26 de noviembre tras el éxito de crítica y público en su estreno en Málaga.

Cartel de Souvenir. Teatro Luchana

Cada uno de nosotros va formando su vida y su contacto con el mundo. La memoria es algo tan íntimo que caminará con nosotros para siempre. Nunca recordaremos algo exactamente igual a como sucedió, y el recordarlo no siempre te hará sentir lo mismo.

Steven Lance, Esther Lara, Ángel Velasco. Teatro Luchana

¿Por qué la mente selecciona unos detalles y no otros?, ¿por qué no somos capaces de retener solo lo bueno?, ¿por qué hay que recordar los momentos más tristes de tu vida?, ¿por qué no hacer un reseteo y ya está?, ¿por qué olvidamos? y lo mejor o peor, ¿cómo sería vivir recordando absolutamente todo?

Una historia basada en hechos reales que durante 70 minutos te atrapa y te mantiene intrigada hasta el final de la obra gracias a sus protagonistas: Ángel Velasco protagoniza al periodista Solomon Shereshevski , diagnosticado con hipermnesia, una patología del cerebro que le permite rememorar hasta el más íntimo detalle vivido y que serán imposibles de olvidar, Esther Lara da vida a Magda, la mujer del periodista que con mucha paciencia y dedicación tratará de entender a su marido durante el tratamiento, y finalmente Steven Lance encarnará a Alexander Luria, uno de los científicos más prestigiosos de los años 20, un personaje algo surrealista y que se olvida de detalles que Solomon le hará recordar. Son solo tres actores que consiguen llenar la escena y transmitir al espectador con sus juegos y miradas sumado a los juegos de luces y sonidos convirtiendo la obra en algo espectacular.

 

La maldición de recordarlo todo

Solomon Shereshevsky era periodista, pero nunca tomaba notas. Hasta que un día de 1905, tras la reunión matinal de la redacción, su jefe se dio cuenta y quiso echarle la bronca a aquel osado joven de 19 años que ni siquiera se molestaba en llevar papel y pluma. De aquella bronca, Shereshevsky acabó en la consulta del neuropsicólogo Alexander Luria.

Alexander Luria. Youtube

 

El reportero afincado en Moscú no apuntaba nada porque podía recordar absolutamente todo.

En la primera sesión se sometió a unas duras pruebas a Shereshevsky: le leyó series de números y letras, fórmulas matemáticas complejas y textos y poemas en otras lenguas para comprobar si podía repetirlos de memoria, y así lo hizo, no olvidó ni el más mínimo detalle.Este fue el punto de inflexión que llevó al neuropsicólogo a estudiar el caso durante los siguientes 30 años y a documentar el primer caso de hipermnesia (exceso de memoria).

Por su parte, Shereshevsky, al darse cuenta de que tenía un don especial, trató de ganarse la vida con él. Dejó el periódico. Comenzó a actuar en bares de Moscú en los que mostraba sus habilidades y dejaba a los asistentes impresionados. Pero todo aquello acabó pasándole factura por varios motivos:

El primero, porque necesitaba una concentración absoluta: una simple tos era capaz de interrumpir el proceso mental de
y crear un «borrón» en su memoria. El segundo, porque tenía asociada a su hipermnesia una fuerte sinestesia, para él las palabras tenían olores, y sabores e incluso peso. Con el paso del tiempo dejó el mundo del espectáculo y a pesar de su extraordinaria memoria, terminó trabajando de taxista en las calles de Moscú y falleció en el año 1958.

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