‘Esta es una Plaza’, una huerta comunitaria en el corazón de Madrid
Situada en pleno centro de Madrid, en la zona de Lavapiés, ‘Esta es una Plaza’ (sí, se llama así) es uno de los rincones más curiosos de la capital española, con un huerto comunitario que sirve como punto de partida para mucho más.
Nacida hace cuatro años, a partir de un taller sobre espacios públicos dictado en el centro cultural ‘La Casa Encendida’, ‘Esta es una Plaza’ es hoy uno de los proyectos comunitarios más interesantes de Madrid, con decenas de vecinos involucrados y centenas de curiosos que se arriman cada vez que la plaza abre sus puertas.
Situada en pleno centro, en la zona de Lavapiés, pocos podrían imaginar al pasar por la calle Doctor Fourquet 24, que detrás de sus muros grafiteados y un portón cerrado en el que solo se lee «Esto es un plaza», se esconde un verdadero jardín ecológico y un remanso de paz para la locura del día a día.
Plantaciones de frutas, verduras y áreas comunes para pasar las tardes del domingo (y los días soleados, que es cuando abren, según se lee en su puerta) sirven como punto de partida para un proyecto comunitario y barrial que sigue creciendo año a año.
Es que además de las huertas, Esta es una Plaza se ha convertido en un verdadero centro cultural por sí mismo, con talleres, conciertos, exposiciones artísticas y hasta una radio, lanzada recientemente y bautizada Radio Hortelana.
El proyecto lleva incluso un taller comunitario de reparación de bicicletas, donde los que tienen un problema con sus bicis reciben ayuda para repararlas y los que más saben enseñan a los recién llegados.
«Vengo cada vez que tengo un problema con mi bicicleta y cuando tengo un tiempo libre para ayudar. Traigo mis propias herramientas y ayudo en lo que puedo», contó uno de lo vecinos involucrados.
Españoles, ingleses, franceses y hasta bangladesíes, entre otras nacionalidades, forman parte de la comunidad que lleva adelante el proyecto, siempre abierto a seguir recibiendo colaboraciones de interesados.
Tal es el caso de José Antonio, que movido por la curiosidad y la cercanía con la plaza se acercó dos semanas atrás y hoy ya trabaja en sus plantaciones. «Vine por primera vez hace dos semanas. Me gusta el ambiente que hay, el compañerismo y poder trabajar en la huerta«, explicó sobre sus motivaciones para arrimarse, mientras trabajaba en la tierra.
«Cualquiera se puede sumar. Simplemente hay que venir y preguntar con qué se puede ayudar, echar una mano. Los que estamos hace más tiempo podemos guiarlos y al cabo de un tiempo todos están en condiciones de proponer y trabajar de manera independiente», cuenta por su parte una de las organizadoras del proyecto, que el 23 de diciembre cumplió los cuatro años de vida.
¿Y qué hacen con los frutos obtenidos? «Los repartimos entre todos los que trabajamos. Los ponemos sobre una mesa y cada uno elige. Igual nunca es tanto, es algo más bien simbólico», cuentan desde la organización.
El solar en el que se encuentra, abandonado durante 30 años, fue cedido a la organización inicialmente por cinco años, por lo que habrá que ver qué sucede dentro de poco más de un año. De momento, el colectivo ‘Esto es una Plaza’ solo piensa en seguir creciendo.
«Esta es una Plaza quiere abrirse a todos los colectivos de la ciudad para el desarrollo de aquellas actividades culturales y artísticas que reflexionan sobre el espacio urbano en la ciudad contemporánea. La única regla será estar dispuestos a compartir sus proyectos y contribuir cada uno bajo sus posibilidades y intereses a cuidar el espacio», aseguran en su página web.
