El Rastro de Madrid: Tradición a la última
El famoso Rastro de Madrid, conocido internacionalmente, recibe a cientos de comerciantes y visitantes cada Domingo y día Festivo desde hace más de cuatro siglos.
En una época donde lo vintage se considera tendencia, no hay nada más de moda que el famoso Rastro de Madrid, ubicado entre los barrios de La Latina y Lavapiés Desde la famosa Plaza del Cascorro, hasta Embajadores, pasando por Puerta de Toledo encontramos un crisol de culturas diferentes, cada una ofreciendo diferentes productos. Ideado originalmente como un lugar para la venta de artículos de segunda mano, por sus calles se extienden cientos de puestos, donde podemos encontrar tanto ropa, libros y antigüedades así como espacios dedicados a la venta de películas, música y videojuegos.
Plasmada en cientos de obras literarias, esta tradición tan madrileña que data del siglo XVII se celebra todos los Domingos y festivos, desde primera hora de la mañana hasta aproximadamente la hora del almuerzo, hora que muchos aprovechan para disfrutar de las famosas Tostas del Capricho.
Paseando por el Rastro podemos encontrar gente de todas las edades. Desde las personas más mayores, que han incorporado su visita al Rastro cada domingo como tradición, hasta gente más joven, pasando por cientos de turistas que acuden aquí como visita obligada de las tradiciones de Madrid. No es extraño tampoco encontrarnos por aquí a algunas figuras destacadas dentro del mundo de la moda, famosos blogueros que acuden aquí en la búsqueda de la próxima pieza que convertirán en tendencia.
Los negocios, y sobre todo los bares de la zona, agradecen la celebración del Rastro, ya que desde primera hora de la mañana supone un fuerte incremento en su actividad diaria, revirtiéndoles unos beneficios por encima de la media semanal. Luis Fernández, camarero de uno de los bares del barrio, nos cuenta que el número de clientes que reciben un día de rastro es incluso el triple que cualquier día normal.
Una fuerte presencia policial trata de velar por la seguridad, pues, si algo negativo se le puede reprochar, es la presencia de los tan temidos carteristas, que aprovechan cualquier indicio de bullicio para saquear a los turistas y personas más distraídas.
Sin duda, el Rastro de Madrid es una visita obligada de los domingos, tanto para los turistas, como para cualquier madrileño que quiera pasar el día disfrutando de una de las tradiciones más típicas de la capital.
