Opinión

El poder del tú a tú

Edificio central de Telemadrid, una de las principales televisiones autonómicas en España./Pilar Acero López
Edificio central de Telemadrid./Pilar Acero López

El mensaje local nunca ha sido referencia en España. Al menos en lo que a televisión se refiere. Sobreviven, por un lado, las televisiones autonómicas, con fondos económicos muy bajos y subcontrataciones para fomentar una televisión regional que retroalimenta las tradiciones y el populismo; y por otro, las televisiones locales, más cercanas a los ‘problemas’ habituales de la ciudad, del barrio o de nuestra mismísima calle, conducido por algunos que de periodismo saben más bien poco.

Sin embargo, la expansión de esta dinámica a otros países es incorrecta. De hecho, la televisión local cobra mucha importancia en la gestión y alimentación del conocimiento de los individuos de sus países, que la tiene como referencia para conocer qué está pasando aquí y ahora, y lo más importante, aquí mismo.

Un ejemplo de este buen hacer informativo son las televisiones locales estadounidenses y he ahí sus resultados: el setenta por ciento de la audiencia adulta decide seleccionar la televisión local de forma preferente para entretenerse, aunque es curioso que, en contrapartida, sean los canales de emisión por satélite los más vistos para informarse.

Esta tendencia demuestra, a mi juicio, una clara oportunidad de negocio en la publicidad local. Y aunque este esté orientado a un público masivo, el uso de plataformas de pago como preferencia para la información indica que es necesario publicitar productos para un target lo suficientemente amplio como para atraer la atención y el interés de todos. Dice uno de los estudios que en torno al cincuenta y ocho por ciento de las personas que ven la televisión por cable también la ven local, lo que demuestra el atractivo que supone para una empresa publicitarse en ambas plataformas, lo que implica mayor financiación para la cadena y una mejora en la producción propia.

Además, los norteamericanos consumen doce minutos de televisión local de media, al mismo tiempo que veinticinco en el cable para informarse. Debería servir como referencia esta cifra para que  las empresas informativas se planteen si lo que le están ofreciendo a su audiencia es lo apropiado: las tendencias de consumo demuestran que bajan cada día más a pasos agigantados. Eso sí, la calidad de los productos, tal y como se configuran actualmente, son mucho mejor que en España. Será un buen nicho de negocio a estudiar en los próximos años: una televisión local que aporte calidad informativa.

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