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El paso de ETA por la capital del país.

Se cumplen 10 años desde la disolución de la banda terrorista.

El 20 de octubre de 2011, Euskadi Ta Askatasuna, popularmente conocida por sus siglas ETA, anunciaba su disolución después de más de 52 años de actividad. Aunque el eje principal de ejecución fue el País Vasco, todo el territorio nacional se vio amenazado por sus atentados, el más recordado por todos el del año 1987 en Barcelona, una bomba en el Hipercor saldaba la muerte de 21 personas y dejaba 45 heridos.

Pero también perpetuaron secuestros e incluso asesinatos en plena calle, uno de estos casos supuso el detonante del fin de la banda, el del concejal Miguel Ángel Blanco, raptado y asesinado de dos disparos seguidos de una lenta agonía, lo cual tuvo como repercusión la salida a las calles de miles de ciudadanos que alzaron sus manos pintadas de blanco para pedir por la paz y el fin del terror.

Imagen extraída de la Vanguardia sobre la manifestación en relación al asesinato de Miguel Ángel Blanco

Solo en Madrid ocurrieron 37 atentados que se cobraron la vida de 121 personas, uno de ellos sigue generando polémica a día de hoy, el del presidente de la dictadura, Carrero Blanco, cuyo coche estalló por los aires el 20 de diciembre de 1973, lo cual supuso un duro golpe a la estabilidad del régimen fascista. Es por ello, que algunas personas ven favorable el golpe de la banda en aquel momento mientras que otros lo ven como un acto antidemocrático que merece el mismo respeto que el del resto de víctimas.

Imagen extraída de El independiente del aspecto de la calle tras el atentado de Carrero Blanco

No obstante, aquel no sería el único caso, a lo largo de aquellos 52 años, un total de 39 coches bomba estallaron en la capital, uno de aquellos fue el de por aquel entonces presidente José María Aznar, que se salvó gracias a que cambió su coche dos días antes.

Las últimas víctimas de ETA en Madrid fueron Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palante, ambos de nacionalidad ecuatoriana, en el 2006. Una furgoneta bomba estalló en el parking del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas cuando los jóvenes de 19 y 35 años se encontraban allí.

Cinco años después de ese atentado la banda terrorista decidió disolverse dando fin a 53 años de terror que marcaron la vida de muchos españoles y que representa un hecho remarcado en la historia de nuestro país en el que el miedo, el estigma o el perdón se convirtieron en los temas centrales a debatir.

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