ConsumoCulturaMadrileandoMuseosSociedad

El museo del Ferrocarril abre sus puertas a un mercadillo vintage

El pasado sábado se instalaron tanto en las inmediaciones como dentro del establecimiento numerosos puestos que vendían desde ropa vintage hasta discos de vinilo de los grupos musicales más escuchados de los 60.

Un puesto del mercadillo vintage en las inmediaciones del museo del Ferrocarril. Fuente: Alicia Cruz Acal

Este fin de semana, el museo del Ferrocarril ha sido el protagonista para centenares de transeúntes que pasaban por la zona. Los antiguos trenes de vapor que allí se encuentran, han acogido a un enorme mercadillo de antigüedades, que más que para la venta, parecía una interesantísima exhibición de objetos del siglo pasado.

Teléfonos de rueda, máquinas de escribir, chapas, ropa ochentera o un mobiliario viejo pero encantador, eran algunas de las piezas que podías encontrar entre los puestos colocados en las instalaciones del museo desde las once de la mañana.

Revistas, chapas y pósters puestos en venta en el mercadillo vintage. Fuente: Alicia Cruz Acal

Durante toda la jornada y a pesar del lluvioso tiempo, que no acompañaba, el sitio estuvo de lo más concurrido. Según un vendedor del mercadillo, lo más vendido fueron libros y pósters, que los había de todo tipo, incluso de creación propia.

Dentro del museo, el ambiente era inmejorable. Junto a las tiendas vendiendo sus productos vintage, se podía contemplar también a los magníficos trenes de vapor y hacerse una idea de cómo eran estos en la época. Además, a lo largo del día, se disfrutó de varias actuaciones en directo, donde al final, incluso los mismos visitantes podían cantar con acompañamiento de los músicos.

Para las ganas de comer también había hueco. A la salida del museo, varios puestos de comida invitaban a la gente a saciar su apetito tras su paseo y compra por el mercadillo. Este domingo, 11 de noviembre, la experiencia se repite. Un buen plan para echar el día con la familia o amigos y transportarse por un rato a aquella época en la que crecieron nuestros padres y abuelos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *