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Conversaciones de librería (low cost)

Una de las tiendas de libros de medio uso de la cadena Tik Books, en Madrid. Crédito: Tik Books.
Una de las tiendas de libros de medio uso de Tik Books, en Madrid. Crédito: Tik Books.

No es raro encontrarse con un casino, quioscos de lotería, farmacias, tiendas de tecnología, fruterías, verdulerías, tabaquerías, peluquerías, cafeterías, marisquerías y todos los tipos de comercios que puedan imaginarse, en la avenida Alcalá, una de las principales arterías del madrileño barrio de Pueblo Nuevo.

Son poco más de las 18:00 horas de un miércoles. Otoño. El sector se pinta con luces de coches que dejan una estela por la avenida. Hay repartidores de publicidad volante. Gentes que van y vienen. Compradores. Curiosos.

Carla Alcolea, una madrileña de 25 años, con un grado en Bellas Artes y un máster en Patrimonio Cultural, recibe una carga de libros usados (low cost), en la librería que atiende en Alcalá 295. Saca cuentas junto a la caja, mientras un proveedor acomoda la mercancía detrás de un escaparate. Carla es lectora. Trabaja en Tik Books desde hace tres meses, pero frecuenta esta franquicia de libros de medio uso y ventas online –y otras tantas librerías madrileñas, claro– desde hace mucho, tanto que no recuerda exactamente cuándo le nació el gusto.

–Para trabajar aquí –añade– hay que saber de libros. La gente pide recomendaciones. Pregunta.

Una mujer camina cerca de una de las tiendas de Tik Books, en Madrid. Crédito: Tik Books.
Una mujer camina cerca de una de las tiendas de Tik Books, en Madrid. Crédito: Tik Books.

Dice Carla también que en su turno de trabajo, que va de 16:00 a 21:00 horas, de lunes a sábado, llegan a la librería unas 50 personas por semana. Se venden en ese lapso de tiempo un promedio de 210 libros. Los clientes son, lo más, gente mayor: de 50 años para arriba, “hay muchos jubilados”. Luego viene otro grupo, que llega en menos cantidad –pero llega, asegura la joven– de entre 30 y 40 años. Y con menos frecuencia, veinteañeros y adolescentes.

¿La razón?, piensa en voz alta Carla: “la lectura ya no les parece guay a los jóvenes”. Les interesan otras cosas: la tecnología, el cine. Se pone optimista: “también puede ser porque ahora es más fácil descargar de internet; sacan libros y los ponen en dispositivos móviles; aunque acá los títulos que más se venden son los que se publicitan en televisión o cine: La chica del tren, Inferno”.

En Madrid existen 517 librerías físicas, según un artículo publicado por Madridiario. El 36,1% de los españoles no lee libros o casi nunca lee, mientras un 28,6% asegura hacerlo a diario, a decir del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Sin embargo, en más de media hora en esta librería no ha entrado un alma. A Carla le gustan los clásicos, cuenta antes de volver su atención al trabajo. Su libro favorito es El retrato de Dorian Gray.

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