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Conseguir piso en Madrid, una misión casi imposible

«Mucha demanda y poca oferta», «Los anuncios vuelan en cuestión de segundos», «Se trata de una cuestión de suerte», «Pareciese un casting para televisión», son algunas de las primeras expresiones con las que las personas describen el difícil momento de buscar un piso en Madrid para alquilar: una misión casi imposible

AUGE DEL ALQUILER

A pesar de que España es uno de los países europeos donde existe mayor porcentaje de población como propietaria de inmuebles, bien sea hipotecados o con el pago absoluto, la cultura del alquiler ha ido en ascenso durante los últimos años. Atrás quedaron los días en los que este estilo de vida parecía estar limitado a los estudiantes o familias de bajos recursos.

Calle en el barrio Lavapiés, Madrid/Autor: Raquel Linares

Da la impresión que aunque la crisis económica en España trajo consigo el desplome de muchos sectores empresariales, el mercado del alquiler, por lo contrario, se ha visto altamente reforzado. Aspectos como la inestabilidad laboral, los salarios insuficientes, el incremento de los alquileres vacacionales y las políticas de créditos y financiamientos que dificultan la compra de viviendas propias, son claves para comprender el aumento del arrendamiento en España.

Como sucede en cualquier mercado, los precios son fijados de acuerdo a la ley de oferta y demanda. En este caso, nos encontramos ante un escenario donde la oferta (pisos en alquiler) parece ser inferior a la demanda (personas interesadas en alquilar), lo que automáticamente desencadena un aumento de los costos.

De acuerdo con el informe de evolución de los precios de alquiler publicado por la inmobiliaria Idealista, durante el último trimestre del año 2017 el costo de la vivienda en arredramiento en España se ha incrementado un 0.5% con respecto al trimestre anterior, ubicando el promedio del precio por metro cuadrado en 9,4 euros al mes. En la tasa interanual, la subida media se posiciona en 24%, siendo Madrid una de las 11 comunidades autónomas donde se ha registrado aumento de las rentas, y la capital española más costosa, después de Barcelona, alcanzando una variación anual de 10.7%, con el metro cuadrado en 15,3 euros al mes.

Tabla de variación de la Comunidad de Madrid/Fuente: Idealista

El panorama es bastante complejo; según datos del Eurostat, cuatro de cada diez españoles que viven alquilados emplean aproximadamente el 40% de sus ingresos familiares en el pago de la vivienda, uno de los índices más altos de toda la Unión Europea.

UNA BÚSQUEDA CASI SIN FIN

Los portales inmobiliarios en internet son una de las modalidades más comunes para formalizar los alquileres en la actualidad. Los propietarios reciben de inmediato decenas de llamadas para fijar lo antes posible las visitas, pues los futuros arrendados saben que es muy probable que un buen piso deje de estar disponible en tan solo horas. «Desaparecen en cuestión de minutos», afirma Katherine Fernández, una venezolana de 25 años que llegó hace unos meses a Madrid en busca de mejores oportunidades laborales.

No me llamaban nunca. En alguna ocasión lo hicieron, pero para decirme que el piso sería para otro

Calle en el barrio Delicias, Madrid/Autor: Raquel Linares

«Mi idea era estar 15 días en casa de mi hermana mientras conseguía algún lugar. Esos 15 días se convirtieron en cuatro meses de arduas caminatas, entrevistas sin éxito y mucha frustración. Fue una experiencia dura», comenta la joven, quien dice haber perdido la cuenta de los sitios que visitó. «Al principio, uno suele ser un poco más exigente: quería un piso amueblado con habitación independiente y, por supuesto, sin inmobiliaria. Visité muchísimos. No me llamaban nunca. En alguna ocasión lo hicieron, pero para decirme que el piso sería para otro. Luego, después de pasar por tanto estrés, te conformas con simplemente tener un lugar decente donde dormir».

Es como un casting para televisión…

La joven describe el proceso como el de un casting para un programa de televisión, en el que te examinan desde los pies a la cabeza. «Va más allá de saber si fumas, si te gustan las mascotas o si sueles recibir visitas a menudo. Tienes que gustarle, que caerle bien al arrendador. Llegaron a decirme que no me seleccionaban porque no tenía pareja, y dos nóminas eran mejor que una… aunque eso no figuraba por ninguna parte en el anuncio, por supuesto». Cuando finalmente Katherine recibió la «enhorabuena» de haber sido escogida en un piso ubicado en Sol, los inconvenientes continuaron y su historia parecía no tener fin.

Por temas laborales no pudo visitar el piso personalmente, un amigo le envió fotos del lugar. Katherine, desesperada, cerró el contrato. El día de la mudanza se percató de que el sitio estaba en condiciones deplorables y, antes de la entrega, el propietario había retirado varios muebles supuestamente incluidos en el alquiler. Tras superar las dificultades que suponía romper el contrato, incluyendo la pérdida del mes de fianza e inmobiliaria, Katherine decidió vivir en un «apartotel»: una residencia que funciona con un sistema de reservas similar al de un hotel. «Es retirado de la ciudad, pero tengo un espacio tipo estudio únicamente para mí por 300 euros mensuales. Solo tuve que dar un mes de fianza, nada de nóminas ni adelantos. Dentro de todo, agradezco haber conseguido este lugar».

Entre los requisitos más comunes para optar por un alquiler figuran los meses de fianza, balances financieros y las nóminas o contratos laborales. Algunos caseros suelen ser más exigentes que otros, pero, al parecer, cumplir con todas las condiciones no garantiza el éxito.

Fuente: Opera Housing Madrid

Según la experiencia de Andreína Laines, una estudiante ecuatoriana que vino a Madrid para realizar un máster universitario, los propietarios seleccionan a la persona que ofrezca más meses de fianza o tenga unos avales bancarios más sustentables. La joven de 26 años lleva dos meses en España y no ha podido conseguir un lugar; visita pisos y habitaciones antes y después de asistir a sus clases. «Tuve la suerte de poder llegar al piso en el que un amigo había alquilado una habitación. Habló por mí y estoy compartiendo habitación con otra chica. No tuve que dar fianza porque la dueña no declara a Hacienda los ingresos correspondientes al alquiler. Es un negocio. Pero no estoy cómoda ahí y continúo todos los días con mi búsqueda».

Laines asegura que la mayor piedra en su camino ha sido la cantidad de exigencias financieras, comentando que han llegado a pedirle entre cuatro y seis meses por adelantado. No contaba con que venir a estudiar a España le saldría tan «caro».

EL MERCADO NEGRO DEL ALQUILER

Pero como en toda situación difícil, como dice el dicho, nos encontramos con los que se sientan a llorar y con los que deciden sacar provecho del momento y fabricar pañuelos. Una joven que pidió no revelar su identidad, cuenta cómo logró poner fin a su larga búsqueda, tras contactar a un señor, recomendado por una amiga, que se dedica a falsificar nóminas y contratos laborales por 200 euros. «En menos de tres días tenía mi contrato y las nóminas de los últimos tres meses», comenta con ironía la joven. «Con un salario de 600 euros nadie va a seleccionarte. Una amiga me recomendó a esta persona y ha sido una cadena, porque yo también lo he recomendado».

Calle en el barrio Lavapiés, Madrid/Autor: Raquel Linares

La chica describe al hombre como de unos 45 años, amable, serio y profesional en todo momento; ofrece una lista de empresas, con distintos cargos y salarios, entre la cual los clientes deben elegir la de su conveniencia. «Son empresas reales, con número de registro. Todas las hojas están firmadas y con sello húmedo. Asumo que este hombre mantiene contactos con estas compañías y el dinero será compartido, no lo sé. Lo importante es que le dio la solución a mi problema, y al de muchos». Esta chica logró alquilar un piso, a través de una inmobiliaria, presentando los documentos facilitados por el señor.

Sabía del negocio de las nóminas, pero mi presupuesto no me permitía gastar en eso

Sin embargo, para un residente del barrio Delicias, quien también prefirió mantener su identidad en secreto, la solución no fue tan costosa: «Sabía del negocio de las nóminas, pero mi presupuesto no me permitía gastar en eso. Le pedí los documentos a un amigo y me dediqué a alterarlos en Photoshop. Fueron varias horas pegados al ordenador, pero quedaron tan bien que el casero no lo notó (risas). Además fue suficiente con enviarlas por internet, quizás si hubiese habido una inmobiliaria de por medio, no habría sido tan sencillo».

Calle en Atocha, Madrid/Autor: Raquel Linares

Los pisos que los entrevistados visitaron oscilaban entre un mínimo de 550 euros y un máximo de 800 euros. En promedio, el tamaño fue inferior a los 60 metros cuadrados. A pesar de que el último análisis de Idealista sostiene que Madrid es la tercera ciudad de la Unión Europea con más viviendas en alquiler, tal parece que conseguir piso en la capital española es una faena que requiere de mucho esfuerzo, toneladas de paciencia y, por supuesto, de un golpe de suerte.

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