Periodismo de Datos

Seguimos el rastro del pinchazo inmobiliario

Durante años, el mercado inmobiliario español ha ido dejando señales para descubrir que, algún día y de algún modo, la burbuja tenía que estallar.

Burbuja_inmobiliariaLa subida irrefrenable del precio de la vivienda, el alza en las cotizaciones de las grandes constructoras, el incremento del presupuesto familiar destinado a la hipoteca… A continuación podemos ver algunas de estas pistas.

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Desde el año 2000, España se mantiene a la cabeza en número de viviendas empezadas a construir por delante de países como Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, todos ellos con mayor población. Mientras en el resto de Europa se han ido produciendo leves variaciones, durante casi una década España ha sufrido una violenta subida: pasó de edificar 322.700 casas en 1997 a 760.179 nueve años después. Con casi el doble de habitantes, el país de Merkel apenas superaba las 200.000 viviendas empezadas a construir en 2006.

Mientras el número de viviendas construidas seguía creciendo, los precios se disparaban. Esto se tradujo en una mejora de las cotizaciones en bolsa de las constructoras españolas. Vallehermoso y Acciona empezaron un ascenso imparable a partir de 2004 llegando a su punto álgido tres años después.  Para otras como Ferrovial o ACS, el cambio de milenio supuso el inicio de una etapa de rápido crecimiento con ligeras oscilaciones. FCC, otra de las grandes, también empezó a crecer a partir del año 2000 aunque sufrió ligeros vaivenes hasta finales de 2002, cuando intensificó su escalada.

Demanda:

21 años y 9 meses es el tiempo que habríamos tardado en pagar nuestra casa en 1993 si hubiéramos dedicado el 100% del salario mínimo interprofesional (351 €/mes con el cambio de moneda). Aplicando los mismos cálculos -coste medio de una vivienda en España sin intereses hipotecarios-, en 2006 no bajaríamos de los 42 años.

Los datos de la capacidad de consumo mensual de los hogares españoles tampoco mejoran. En 1996, la suma de dos salarios medios brutos mensuales era de casi 2.400€, de los cuales un 37% iba destinado al pago de la hipoteca; es decir, las familias podían disponer de más de 1.500€ al mes para el resto de gastos. Siete años después, la situación había mejorado sensiblemente pues la entrada de dinero había ascendido a 2.960€/mes y el esfuerzo de pago de la vivienda se había reducido hasta el 35%. Esto dejaba algo más de 2.000€ para los gastos familiares.

A partir ese año la situación se fue deteriorando. Hace seis años, antes del estallido de la crisis, las familias destinaban de media un 45% de los 3.247€ que generaban al mes solo al pago de la vivienda. Es decir, que los recursos disponibles descendieron hasta los 1.773€, ligeramente por encima que en 1996.

Pero entonces, se preguntarán los ciudadano, ¿qué papel juega aquí la ley de la oferta y la demanda? ¿Por qué si en 1997 se construían algo más de 300.000 y en 2006 casi se alcanzaban las 800.000 no bajaban los precios?

Los datos de este artículo han sido extraídos de la aplicación casastristes.org que, a su vez, los ha tomado de distintas fuentes como el Banco de España o el Instituto Nacional de Estadística entre otros.

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