El ‘patolicismo’, la fe más hilarante de Madrid, en vísperas de cumplir una década
En la calle Primavera del barrio de Lavapiés, uno de los rincones más multiculturales del corazón de la capital española, se refugia ‘El Paticano’. Esta entidad, a punto de cumplir sus diez años, fue fundada por el cómico Leo Bassi en el día de los Santos Inocentes y, desde entonces, no ha cesado de acoger a un gran número de fieles y novicios en la misa de cada domingo.
El Papa zarandea una escobilla de váter de un rincón a otro de la antesala de la Iglesia Patólica; con esta bendición da la bienvenida a los invitados a la ceremonia atea que ya aúna más de tres centenares de sesiones; diferentes encuentros que, aunque quizás no estén compuestos por los mismos fieles, sí que logran no mermar su número de asistentes cada domingo a la 13:00h —a excepción del parón veraniego en el que ha permanecido cerrado este pequeño templo de adoración al pato de goma amarillo situado en el barrio de Lavapiés—. Una liturgia en manos del pontífice-bufón fundador, Leo Bassi, que se idea como crítica a la Iglesia católica desde el humor y que se consagra el día de los Santos Inocentes de 2012. Pero, ¿cómo nace la idea de crear un culto en torno a la adoración de un juguete de baño?
Así, aunque la figura venerada es la del pato de goma, lo cierto es que el sacramento ateo gira en torno a la libertad de expresión y de opinión abordando distintas cuestiones de actualidad: desde el reciente fallecimiento de Isabel II de Inglaterra y el conflicto ruso-ucraniano, hasta otros como los casos de Julian Assange o de la trabajadora humanitaria española Juana Ruiz Sánchez en Israel. Estos asuntos variados revolotean por las paredes del pequeño teatro entre las que descansan los retratos de figuras reconocidas como Gandhi, Arquímedes, El Greco, Hipatia de Alejandría o el jefe indio Jeff Seattle; unos rostros que rodean unos azulejos de cerámica que rezan “Paticano” junto a la figura central del pato Redentor, el juguete de la bañera de Leo Bassi, tal y como indica la placa que lo acompaña.
El Paticano mantiene una estética barroca en consonancia con el discurso ilustrado que realiza Bassi; así lo decidió la diseñadora chilena Carmen Pérez-Luco cuando el pontífice-bufón le narra su idea en 2006. Durante esta misma fecha la artista se encontraba desarrollando su Taller de Diógenes mediante el que ha realizado obras con material reciclado. Por tanto, esta es la técnica que sigue al elaborar la primera versión de El Paticano: un museo-teatro confeccionado con muebles y recursos que iban a ser desechados en el barrio madrileño en el que se halla. Lo que obligó al pequeño santuario a renovar su imagen fue un incendio provocado por un grupo de detractores durante la noche del 9 al 10 de agosto de 2016. Entre las pérdidas materiales que dejó el siniestro, se halló el pato de goma que, tras el incidente, fue bautizado como El Morenito de San Lorenzo y que se venera en la nueva representación del museo-teatro, también elaborada con muebles y decoración reciclados, cada 10 de agosto.
En este ambiente, el formato de misa en tono de burla es todo un pretexto para crear un espacio de reflexión; no obstante, esto no significa que el patolicismo no cuente con sus propios 10 Mandamientos Patólicos o que el ritual dominical no presente diferentes guiños a la religión católica. Por ejemplo, uno de los más célebres momentos de la misa de Bassi es la conversión del agua en vino. Siempre y cuando, claro está, sea el Ilustre Payaso el protagonista; porque El Paticano también está abierto a celebrar bautizos, bodas, divorcios, etc. Todo depende de qué sea lo que los fieles demanden. En otras ocasiones, incluso, Bassi ha cedido su papel de maestro de ceremonias para que lo ocupen a otros artistas multidisciplinares como Idoloca.
Que un hijo así, tan tierno y creativo, pudiese salir de un padre tan machista y agresivo, es una de las contradicciones que nos hace pensar que la verdadera fuerza que mueve el Universo es la Risa y el sentido del Humor»,ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤIglesia Patólica sobre Romano Mussolini (1927-2006), 4º hijo del dictador italiano Benito Mussolini.
Las razones que llevan a los diferentes asistentes a visitar este pequeño santuario de adoración al pato son muy diversas. El boca a boca o la publicidad en redes sociales son las causas más frecuentes entre los novicios. Quizás movidos por la elocuencia de Bassi, o tal vez por los coloridos e hilarantes adornos que decoran el corazón del patolicismo, estos recién llegados deciden convertirse en uno de esos integrantes del público fiel que espera al pontífice-bufón en cada misa enfrente del par de puertas de color burdeos de la calle Primavera. Unos eventos dominicales que, aunque son gratuitos, se clausuran pasando el cepillo para aquellos quienes deseen dejar un donativo.
¿Qué le depara el futuro al Ilustre Payaso?
Una de las últimas funciones que el cómico ha realizado ha sido 70 años mediante la que conmemora el período de tiempo que Leo Bassi lleva sobre los escenarios. También, otra de sus más recientes es Yo, Mussolini, en la que da vida al dictador italiano y con la que sigue recorriendo gran parte de los teatros españoles. Su próximo proyecto se encuentra aún en construcción en la Sierra de Madrid, aunque aún Bassi no quiere precisar la localización hasta ultimar los preparativos. Lo describe como una “continuación de El Paticano” pero, en esta ocasión, se centra en ritos del Neolítico en los que él ocupará el lugar de chamán. Para ello, se ha inspirado en el popular asentamiento de la Gran Bretaña de este período: el Stonehenge.
