La nueva Gran Vía se inaugurará el próximo 24 de noviembre

Después de seis meses de lo que ha parecido ser una eternidad para muchos, las obras de Gran Vía se acercan a su fin.

El proyecto, que empezó en abril de este año y que tenía como objetivo la ampliación de las aceras, con la consecuente reducción de los carriles destinados al tránsito de vehículos; prevé su finalización para noviembre, concretamente para el día 24, coincidiendo con el encendido de las luces de Navidad y con la llegada de miles de turistas.

Esta reforma, además de suponer una mejora para los peatones, en cuanto al hecho de contar con más espacio para poder pasear cómodamente; incorporará nuevos elementos de última generación como iluminación y semáforos led. Además de esta evidente modernización, se mejorarán otros aspectos más convencionales, como son los espacios verdes; plantando un total de 248 árboles nuevos; y se añadirá nuevo mobiliario.

Bancos, marquesinas y fuentes; serán algunos de los elementos que cumplimentarán la nueva Gran Vía, convirtiendo así también a una de las calles más emblemáticas de la capital en una de las más modernas y seguras. Esto último se debe a que el nuevo mobiliario no solo servirá de decorado o como punto de descanso, también cumplirá con una función muy importante que es la de aportar seguridad; y es que, al estar situado de una manera concreta en la calle, serviría como obstáculo en caso de que hubiese algún problema que tuviese que ver con la posible aproximación de vehículos a las aceras.

Durante estos meses, las opiniones sobre las obras han sido bastante dispares. Y es que, pese a los beneficios que conlleva la modernización de la Gran Vía, han sido muchos los que durante el periodo de obras se han visto afectados; ya sea por la duración de estas, o simplemente por el hecho de no estar de acuerdo con las reformas que se llevarían a cabo.

El hecho de que las obras tuvieran lugar en verano también ha llegado a importunar a turistas, que se han topado con calles cortadas por vallas y con menos espacio para poder pasear. Sin embargo, los que se han llevado la peor parte son los vecinos y comerciantes de la zona que han tenido que hacer frente a todo tipo de ruidos insoportables, suciedad por todos lados, aglomeraciones por falta de espacio, caída de las ventas…

Aunque las circunstancias no hayan sido las mejores en cuanto a la realización de las obras, debido a su dificultad y teniendo en cuenta que es una calle de las más concurridas de Madrid; es evidente lo positivo de estos cambios. Lo que se ha podido comprobar en ciertos tramos que ya han sido abiertos al público, como el de la calle Alcalá a Fuencarral en agosto, o el del tramo más cercano al Teatro Lope de Vega, donde se presenta el musical El Rey León, y que fue abierto hace un par de días.

En cuestión de semanas podremos disfrutar de una Gran Vía totalmente renovada, dando lugar a la unión entre lo clásico y lo moderno, sin perder esa esencia que hace a esta calle una de las más especiales de la capital madrileña.