¿La culpa de todo la tiene Pocahontas?
De mascota a enemigo – el mapache en la Comunidad de Madrid
Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), las especies invasoras constituyen una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo y la introducción de ellas genera perjuicios a la economía, la producción agrícola, ganadera y forestal, e incluso a la salud pública.
La Comunidad de Madrid es habitat de varias especies invasoras que tienen efectos dañosos para la flora y fauna autóctona. El caracol manzana, la avíspa asiática o la cotorra argentina sólo son algunos ejemplos que provocan la emigración y, pues, el receso de especies locales.
Entre ellos también figura el mapache que ha ganado terreno en lugares como el Parque Regional de Sureste de Madrid, donde se ha establecido en un estado silvestre. El mamíforo norteamericano parece que se ha adaptado perfectamente al nuevo ambiente mediterráneo ibérico. Dado a que se aclimatasa rápidamente a nuevas circunstancias y que en busca a comida tampoco para frente basura, incluso se le hace fácil colonizar zonas donde antes no se quedaba.
Su aumento parece imparable y crece continuamente desde que se comprobó su existencia en el parque en 2007. El mapache marca pistas hasta Guadalajara y causa no sólo competencia para otras especies carnívoros acuáticos como el turón o la nutria, sino que también transmite enfermedades a otros animales como por ejemplo el coronavirus, y puede pasar parásitos intestinales o la rabia al hombre.
Se supone que, como también en el caso de la cotorra argentina, el mamífero ha podido establecerse en estado silvestre tras su abandono como mascota.
Según El País, el amable y mono mapache “Miko” en la película Disney “Pocahontas”, que estrenó en el año 1995, tenía un gran impacto a la elección de una mascota exótica en estos tiempos. Sin embargo, como con todo que se pone de moda, también el interés “mascotiño” en este animal se perdió y así la gente empezó de abandonar sus anteriormente tan queridos acompañantes.
Tras intentar controlar el invasor a partir de su descubrimiento en estas tierras, el Gobierno regional ya en el pasado verano ha declarado un manejo más riguroso respeto al tema, permitiendo al personal de los ayuntamientos o de empresas especializadas contradas matar a los animales en cuestión. Más de 400 ejemplares han sido capturados y supuestamente trasladados a zoológicos en los últimos seis años, ha informado El País.
Sin embargo, el número de mapaches que fueron matados no fue publicado. Además, el pasado noviembre, el MAGRAMA ha anunciado una campaña informativa a nivel nacional que dé a conocer la problemática de las especies exóticas invasoras.
En este caso sin obstante, lo que hacía falta para prevenir el aumento de animales invasores que pueden causar daños a la biodiversidad autóctona también fue una gestión más estricta en cuanto al mantenimiento de mascotas, su venta y su abandono.
Un ejemplo para el ligero tratamiento de la venta de mascotas nos da la página de milanuncios en la que, al revisar, uno puede fácilmente detectar que se ofrecen especies de animales que seguramente no son permitidos para un mantenimiento como mascota o por lo menos no sin una cierta licencia.
El mapache y la cotorra argentina también son ejemplares para la irresponsabilidad del ser humano al conseguirse un animal que ha de cuidar y que, sin duda, viene con una gran responsabilidad. En este punto es necesario intervenir y concienciar, que obviamente la culpa de todo no la tiene Pocahontas, sino el dueño que se consiguó un “Miko” para la casa.
