Escultura de los cinco sólidos platónicos

martes, 21 | enero | 2014miércoles, 29 | enero | 2014 Asier Mendizábal Merino

Fotografía y montaje: Asier Mendizábal | Los cinco sólidos platónicos ubicados en Madrid

Foto: A.M. | Icosaedro

Muchas personas que pasan por el distrito de Arganzuela se preguntan qué significan las diferentes esculturas que hay repartidas por diversas calles. Visualmente, las formas y dibujos que tienen estas obras de arte callejeras no tienen nada que ver entré si. Eso sí, muchas de estas obras parecen disponer algo en común, aunque en un primer vistazo no tengan correlación alguna.

Estas figuras son un hexaedro, un icosaedro, un tetraedro, un octaedro y un docecaedro. Estas formas fueron diseñadas por el arquitecto Ismael Guarner y el escritor Luis Racionero. El propulsor del proyecto, en cambio, fue el arquitecto Manuel Ayllón cuando ocupaba su puesto de Consejero Delegado del Consorcio Urbanístico del Pasillo Verde Ferroviario.Aunque parezca que las cinco esculturas están aleatoriamente repartidas por toda Arganzuela y que están colocadas de manera aleatoria, hay un circunstacia curiosa en la que se basó.

Foto: A. M. | Octaedro

Cada una de las obras marcan en la superficie el recorrido que la línea 10 de Renfe que está trazada en siete kilómetros desde la estación de Atocha hasta la parada del Príncipe Pío.

Las figuras muestran cada uno de los cinco sólidos platónicos que fueron publicadas por primera vez por Luca Pacioli, en un manual sobre geometría. Pacioli fue un fraile franciscano que nación en 1445 y que murió en 1517 y fue innovador en sus teorías matemáticas sobre estadística. A él se le atribuye la más que conocida «De la Divina Proporción», en la que posteriormente la usarían para el arte y que hoy en día se estudia en casi todos los ámbitos de estudio (por ejemplo, en fotografía, la Ley de los Tercios fue formulada a partir de la obra de Paciolini). Paciolini llegó incluso a ser maestro de Leonardo Da Vinci.

En cualquier caso, para al viandante este cúmulo de ornamento urbanístico le confunde, ya que se sitúan muy separadas entre sí. Además, cabe destacar que ninguna dispone de un letrero informativo útil para el curioso.

Foto: A.M. | Tetraedro

Estas obras tienen una existencia para el ser humano: fomenta la perfección del orden natural.

Aquí entran en juego los símbolos masónicos, ya que como todos sabemos, la geometría es la disciplina que más recurre el universo masónico. Tal y como dice la escritora Verónica Ramírez Muro en su libro «Madrid Insólita y Secreta» (ver apartado de fuentes y bibliografía).

Los diferentes niveles por los que tiene que pasar el aprendiz para alcanzar el grado de maestro están relacionados con el conocimiento de la geometría y de su significado simbólico. El 1 es la unidad, lo esencial; el 2, el principio de la dialéctica, lo masculino y lo femenino; el 3, la trinidad, lo sagrado y lo divino; el 4, los cuatro elementos… y así sucesivamente. En el caso de los sólidos platónicos, cada poliedro está formado por los polígonos elementales, y el plano (es decir, la doble dimensión) los eleva a lo espacial y corpóreo (las tres dimensiones). El tránsito del 2 al 3 es también un tránsito iniciático orientado a transformar a un profano en iniciado, a un aprendiz de masón en maestro masón, lo que en cierta forma equivale a «salir de las tinieblas para ir hacia la luz».

Foto: A. M. | Docecaedro

Por eso, alrededor de cada figura geométrica que nos encontramos en Madrid, también podemos apreciar los demás elementos rodeándolos. Por ejemplo, en el caso de la figura de la Plaza Ortega y Munilla, nos encontramos al tetraedro de dos metros tridimensional que llama la atención respecto al resto, no obstante, en cada uno de los puntos cardinales podemos apreciar con un tamaño muy inferior las demás cuatro figuras de los sólidos platónicos: el hexaedro, el icosaedro, el octaedro y el dodecaedro.

La ruta recomendada para hayar las localizaciones de cada una de las obras es la siguiente:

Octaedro: Está en la Glorieta de Santa María de la Cabeza. Frente al bloque de portales que rodean la rotonda, en el número 14, hay un pequeño parque con abundante vegetación. Dentro de esta flora está localizada la figura del octaedro.
Icosaedro: Entre el Paseo Vallejo Nájera y la calle Gargantilla está situado un parque bastante grande, llamado «Parque de las Peñuelas». En el interior de este parque está el icosaedro, la figura de veinte caras. Al ser una localización extensa, no es fácil dar con la escultura, por eso yo recomiendo que cojamos como referencia el Burger King que está situado en la esquina del parque y empecemos a buscar desde allí. El icosaedro está situado a unos 50 metros del restaurante. El icosaedro es una figura de veinte caras y por ello la más compleja de realizar de estas cinco esculturas platónicas.
Tetraedro: La figura de pirámide está en el centro de una gran rotonda, la Plaza Ortega y Munilla. Al estar en una glorieta, es imposible acceder a la obra, pero sí se puede observar desde la lejanía. Curiosamente, el tetraedro tiene cuatro caras, dando forma piramidal. Asimismo, la estación de metro y cercanías que está en ese mismo lugar se denomina «Pirámides». Recordemos que este tetraedro es equilátero, es decir, que todos sus lados son del mismo tamaño.
Hexaedro: al igual que en el caso del tetraedro, este sólido también está en una rotonda. Concrétamente en la Plaza Francisco Morano, cerca del estadio del Club Atlético de Madrid. El hexaedro tiene una forma cúbica, de manera que parece una caja y dispone de seis caras, como los dados.
Dodecaedro: La última figura está situado entre el Paseo de los Melancólicos y la calle Santa María la Real de Nieva, en una cuesta peatonal que se prolonga la calle Jemenuño. Recomiendo pasar por Santa María la Real de Nieva para que, de esta manera, se evite la cuesta que une Jemenuño con el Paseo de los Melancólicos. El dodecaedro tiene doce caras y según las últimas investigaciones, la forma del universo correspondería a esta forma.