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Cine Paz: Más de 70 años con el celuloide

El Cine Paz se mantiene en pie desde 1943 en la calle Fuencarral 125. Foto: Nacho Cortés
El Cine Paz se mantiene en pie desde 1943 en la calle Fuencarral 125. Foto: Nacho Cortés

Lo dieron por vendido y por cerrado pero sin embargo sigue ahí. El Cine Paz lleva 73 años ofreciendo los mejores filmes. Esta sala es todo un icono en la ciudad capitalina porque es un recuerdo vivo de la época de mayor gloria del celuloide, pero sobrevivir en el tiempo y, frente a las adversidades, ha tenido sus dificultades.

Quienes en los años 40, 50 y 60 se aventuraron a hacer llegar los largometrajes por todo el país tuvieron que echar el cierre. Por aquel entonces la industria cinematográfica se encontraba en auge y se apostaba por la creación de nuevos patios de butacas para cubrir la demanda de ocio y cultura de los vecinos.

Situado en el número 125 de la calle Fuencarral, este cine de barrio se mantiene en pie desde 1973 pese a la competencia de los multicines de las grandes superficies y tras haber resistido al VHS, el DVD, las nuevas tecnologías 4k o 3D y las descargas en Internet. Con el siglo XXI aparecieron cada vez más innovaciones en la gran pantalla y los patios de butacas, como el madrileño, se vieron con más trabas para continuar abiertos. La salas Roxy A y Roxy B o las emblemáticas Fuencarral y Bilbao fueron apagando sus proyectores ante la crisis económica y del sector, tan solo quedan Paz y Proyecciones al pie del cañón. La posibilidad de alquilar o descargar y poder ver las películas en casa hizo que el séptimo arte dejase de ser un acto de encuentro social.

En 2013, se anunció el cese definitivo de este simbólico cine de Chamberí, aunque finalmente todo quedo en un susto. Los vecinos e incluso partidos políticos de la oposición como el PSOE se mostraron indignados ante lo que estaba ocurriendo con los cines de la ciudad y la pasividad del Gobierno de Ana Botella.

La cartelera cinematográfica que se puede encontrar es diferente a la de los cines comerciales con un amplio abanico de películas más cercanas al género independiente y un exquisito doblaje que envuelve al espectador y lo hacen viajar a través de su gran pantalla. Precios convencionales (con ofertas ocasionales), aforo limitado y una excelente calidad de imagen y sonido son algunas de sus características. Además, el tradicional combo de palomitas y bebida es mucho más económico que en los grandes multicines. A todo eso hay que sumarle que su situación estratégica, en una de las vías comerciales más importantes de Madrid, lo hacen un atractivo punto de ocio en la zona.

Este pequeño cine de barrio subsiste mientras otras cierran y se convierten en centros comerciales, salas de conciertos, discotecas… O simplemente se mantienen a la espera de que alguien resucite la ilusión con la que nacieron.

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