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Si miras al mal a la cara, el mal va a mirarte a ti

Cuando uno se enfrenta a una serie como American Horror Story tiene que tener en cuenta siempre dos cosas. La primera es que ninguna temporada va a ser como la anterior, y lo segundo es que Ryan Murphy nunca te dejará de sorprender. Cuando terminé de ver Asylum he de confesar que respiré tranquilo. Realmente tenía miedo de que al final terminase todo un poco perdido pero, gracias a Dios, y nunca mejor dicho, la serie finalizó dejando a todos un muy buen sabor de boca. La idea de centrar la trama en un manicomio ha sido, sin duda alguna, uno de los puntos fuertes de esta temporada. Las puertas de Briarcliff guardaban más de uno y mil secretos.

La expectación que había sobre Asylum era bestial. Seguir una serie con los mismos actores pero transportándolos a unos nuevos personajes, a una nueva trama y a un ambiente completamente distinto, no es tarea fácil. Pero lo cierto es que Ryan Murphy ha sabido manejarlo. Sin duda alguna, son tres nombres -sin desmerecer al resto del reparto- los que brillaron con luz propia: Jessica Lange (hermana Jude), Sara Paulson (Lana Winters) y Evan Peters (Kit Walker).

Esta temporada ha abarcado una cantidad de temas que a priori parecían que jamás iban a terminar. Desde aliens a posesiones demoníacas, pasando por experimentos nazis con humanos, etc. Quizás, por poner una pega, hay que decir que la trama de los aliens era la más floja y que desde mi punto de vista sobraba. Pero si me tuviera que quedar con una de las tramas, sin duda alguna sería con la historia de Lana Winters. Cómo cambia el personaje de Sarah Paulson desde el primer capítulo hasta el último, con la ya mítica frase con la que comienza y termina la temporada: “Sólo recuerda que si miras al mal a la cara, el mal va a mirarte a ti”. Otra de las grandes tramas sin duda es la de la hermana Mary Eunice (Lily Rabe). El giro dramático de personaje es uno de los giros mas bestiales que he visto en mi vida, de una monja caritativa y buena a un ser totalmente despiadado, capaz de dejar en evidencia a la mismísima hermana Jude. Sin duda alguna es una delicia para el espectador.

James Cromwell interpreta al doctor de Briarcliff, Arthur Arden, un nazi que durante el mandato del III Reich experimentaba con humanos. Y cómo no, esa era su función en el sanatorio, en más de una ocasión intentando llegar a ser Dios. Aquí es donde percibimos uno de los mejores paralelismos de la serie: el momento en el que se enfrenta la ciencia con la religión

Tres grandes pilares

Esta temporada no hubiera sido lo mismo sin Jessica Lange, Sara Paulson y Evan Peters, el trío por antonomasia de AHS: Asylum. Cada uno de los personajes con una trama completamente distinta pero que por capricho del destino terminan entrelazadas.

Muchos son los que hablan de Jessica Lange, en esta ocasión transformada en una monja atormentada por sus deseos sexuales, por la presencia del Diablo en su institución y por un pasado tormentoso que no la deja vivir en paz. Y es cierto lo que dicen, que es una gran actriz, sólo hay que ver el capitulo en el que se deja llevar por la locura y protagoniza una escena musical al más puro estilo Glee. Darle todos esos matices a su personaje en tan solo trece capítulos es algo que no está al alcance de todos. Pero no podemos obviar que este año ha contado con la compañía de dos grandes actores que han llegado a eclipsarla en la recta final de la serie. Se trata de Evan Peters y Sarah Paulson. A pesar de que Peters se tuvo que comer la trama de los aliens el solo, hay que decir de él que ha logrado con creces separar los dos personajes, tanto el de la primera temporada como el de la segunda, consiguiendo en esta última una actuación mucho más humana y siendo realmente el único personaje de la trama sin matices oscuros o diabólicos.

El tándem se cierra con la actuación de Sarah Paulson, la auténtica protagonista. No es nada fácil estar a la altura de un personaje tan complejo como es Lana Winters, una periodista que en la lucha por una historia termina sufriendo todos los horrores de Briarcliff. Una mujer que vive atormentada con su pasado y que vivirá un futuro aun más oscuro que su estancia en la institución de la hermana Jude.

Una mini serie esperada

American Horror Story volvió a lo grande. La segunda temporada de la serie que emitió FX se estrenó en Estados Unidos y con su primer episodio se convirtió en la serie más vista de todos los tiempos de la cadena norteamericana.  El debut de la segunda tanda de capítulos, Asylum, congregó frente al televisor a 3,85 millones de espectadores. El año pasado, el estreno de la primera temporada captó a 3,18 millones, y el capítulo final de temporada a 3,22. Estas buenas cifras han supuesto un aumento de la audiencia en un 22% respecto al debut de la pasada temporada. Como no es de extrañar, Asylum no solo tuvo la aceptación del público ya que también fue nominada a un total de 17 premios habiendo ganado, por ahora, cuatro de ellos y estando pendiente de otros nueve.

 ¿Dónde está el mal?

En esta temporada no se puede hablar de un malo, se podría decir que todos los protagonistas tienen su  a excepción de Kit. Todos han infringido algún tipo de daño, ya sea físico o psicológico, a alguno de los personajes. Muchos destacan a Oliver Thredson (Zachary Quinto) y su hijo (Dylan McDermott) como los malvados de esta temporada, pero no podemos olvidar las locuras cometidas por Jude, Marie Eunice o el Dr. Arden. El autentico mal no se encuentra en una persona sino en el lugar, Briarcliff. Todo el que entra a esa residencia mental termina cambiado. Briarcliff tiene el poder de volver mala a la gente y es por eso que muy pocos logran salir de allí con vida.

Habrán muchos que vean esta serie como una más o quizás un poco por encima de la media, pero para gustos están hechos los colores y en mi opinión, Asylum es una de las grandes obras de la televisión moderna. Inconfundible e imposible de comparar con otras de su propio género, ni incluso con su propia primera temporada. Es por eso que recomiendo encarecidamente a todo aquel que le guste el terror, el suspense e incluso el morbo, que vean esta gran obra de arte.

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