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El Parque de Atenas, un espacio verde en Arganzuela

Paseo por las inmediaciones del río Manzanares en un día de sol que apenas calienta. Noviembre llega como antesala de un invierno que se está tomando su venida con calma. A lo lejos se perfila el estadio Vicente Calderón, antiguo coliseo del Atlético de Madrid, hoy sustituido por el estadio Wanda Metropolitano. Su figura permanecerá en su sitio unos meses más, pues el año que viene será demolido para construir el proyecto Mahou-Calderón.

En la otra dirección, muy cerca de la estación de Príncipe Pío y al sur del Palacio Real, se encuentra el Parque de Atenas. Entre coches, autobuses y otros vehículos, y entre piernas apresuradas y manos aferradas a los móviles, aún queda un resquicio para la paz, una zona verde alejada del estrés urbano.

Me adentro en sus terrenos por curiosidad, ya que desde la lejanía se divisa la Catedral de la Almudena. La estatua de Luigi Boccherini, violonchelista italiano del siglo XVIII, me da la bienvenida. Mucho más atrás en el tiempo, concretamente en 1590, el rey Felipe II adquirió el solar donde desde antiguo se localizaba el Campo del Moro. Se denominó “La tela”. ¿Por qué motivo?

En el parque hay varios bustos de personajes ilustres.

Etimológicamente, la palabra “tela” proviene del latín. “Telum”, en la lengua de los romanos, significa arma arrojadiza. Esto nos lleva directamente al ambiente festivo de las cortes medievales y renacentistas, donde las justas de caballeros se celebraban para divertimento de los nobles. Así las cosas, La Tela hacía referencia a dichos torneos, cuya función ceremonial era notable. El parque como tal fue construido y ajardinado en 1971.

Continúo la subida de una cuesta no demasiado escarpada y escucho las voces aflautadas de un grupo de niños. Corretean sin cesar y señalan lugares con sus pequeños dedos. Dos profesoras intentan explicar algo y calman a los pequeños por unos instantes: “Id a ver de qué está construida la muralla”, comenta una de ellas. Los críos se mueven como un resorte y van dando zancadas en busca la información. Se trata de las ruinas de la vieja muralla árabe, restos que a día de hoy todavía se pueden disfrutar.

Las ruinas de la muralla están junto a la catedral de la Almudena.

“¡De pedernal!”, exclaman alborozados. Luego, las voces se difuminan. En el túnel de tiempo, regresamos a una época primigenia en la que los reinos cristianos y los musulmanes luchan ferozmente para lograr la hegemonía. Alfonso VI de Castilla se vale de la oscuridad de la noche para ordenar a sus tropas que asalten la fortaleza. Tras trepar con éxito, abren la Puerta de la Vega (emplazamiento que coincide con la entrada del Parque de Atenas) y subyugan a los árabes. De estos acontecimientos ha transcurrido un milenio; de la batalla solo quedan las ruinas por testigo; de las muertes, el cielo estrellado, ahora encapotado por la polución. Hace falta imaginación para visualizar cómo pudo haber sido.

 

 

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