“Sold out” y multitud de curiosos en la última edición del Coca-Cola Music Experience
Madrid, nueve de la noche. Veinte grados, octubre. Una gallega, una vasca y una andaluza. Dos de manga corta, una con cazadora. Nos acabábamos de enterar de que el Coca-Cola Music Experience se estaba celebrando. GPS y a caminar.
Claramente no pretendíamos entrar, era simple curiosidad. El aforo del WiZink Center estaba completo desde hacía semanas. El famoso festival lo había vuelto a hacer: más de 15.000 entradas vendidas y «sold out» por octavo año consecutivo. Con la artista internacional Rita Ora como cabeza de cartel y un precio por entrada de dieciocho euros más gastos de gestión, lo raro sería que no se hubiesen agotado.
Tras los casi cuarenta minutos que nos llevó llegar desde Pacífico (hay metro, sí, pero no tiene tanto encanto como caminar de noche por una ciudad nueva), nos acercamos a la entrada del WiZink Center, junto a la que había un pequeño stand de Coca-Cola. Qué sorpresa la nuestra cuando una multitud de adolescentes comenzó a gritar y a alzar sus móviles y apareció la cantante y actriz española Ana Mena, que había actuado hacía escasos momentos.
Entre la euforia de fans y curiosos que había dejado la joven, hizo su aparición Martina Stoessel, más conocida como Tini y por interpretar a Violetta en la conocida telenovela adolescente con el mismo nombre. Al igual que Ana Mena, la actriz y cantante no dudó en acercarse a sus seguidores con una gran sonrisa.
La niña de mi izquierda lloraba de emoción. El hombre de mi derecha no paraba de gritar: «¡Que salga Becky G!». Al mirar hacia atrás en un intento fallido por salir de las primeras filas, pude ver corriendo entre los transeúntes a los últimos rezagados y rezagadas, que se abalanzaban desesperados sobre la multitud.
Aún no lo sabía, pero eso solo era un avance de lo que vendría después. «Ahora va a salir Becky G», dijo el hombre de mi derecha con una clara emoción en los ojos. Y el resto de fanáticos lo sabía. En cuestión de minutos la presión entre la muchedumbre aumentó, los berridos ya no se diferenciaban unos de otros y se multiplicaban por segundos los brazos acabados en «smartphones» que sobresalían entre las cabezas como pequeños brotes de la tierra.
Y llegó el momento. Becky G hizo su gran aparición.
El pequeño gesto que hizo la artista al despedirse provocó que la masa eufórica se desplazase velozmente hacia la derecha del stand, donde la cantante se acercó a sus admiradores, quienes coreaban sin parar su nombre.
Mientras tanto, los medios de comunicación abandonaban el lugar para que pudiese salir la siguiente y última artista. Muchos llamaban a gritos a Aitana Ocaña, concursante de la pasada edición de Operación Triunfo y actuación sorpresa del festival, aunque en su lugar apareció Rita Ora, generando nuevamente una ola de gritos y lágrimas. La cantante de éxitos como Anywhere y For You posó para las cámaras de sus fans con una botella de Coca-Cola en la mano, que terminó dejando en el suelo para poder acercarse a abrazar y saludar a la multitud.
Cuando Rita Ora dejó el lugar, la aglomeración comenzó a disiparse al mismo tiempo que la luz de los focos se volvía cada vez más tenue, hasta que el stand de Coca-Cola terminó por apagarse. En un lapso de unos pocos segundos, los gritos y flashes parecían no haber existido y las grandes letras azules del WiZink Center volvían a ser el faro de la Plaza de Salvador Dalí.
Alba,
No se puede modificar el manual de estilo. La fuente y cuerpo no es la correcta.
Slds