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Moratalaz a ritmo de música experimental

Este sábado el Centro Cultural el Torito fue escenario de un concierto musical que no dejó a nadie indiferente. El dúo Hyperpotamus & Abdallah Miniaway amenizó la tarde noche de los morataleños que obviaron la jornada futbolera u otros quehaceres de fin de semana.

El teatro estaba casi lleno. Desde jóvenes hasta personas de edad avanzada esperaban expectantes el interdisciplinar show. De entre la oscuridad del escenario, de repente dos focos iluminaron a dos individuos que portaban una mini mesa de mezlas y una trompeta. La sesión musical prometía, y mucho. El encargado de la disciplina de dj llevaba la voz cantante. Antes del esperado comienzo comentó la anarquía e improvisación que imperaría en el espectáculo, pues la reciente llegada de su compañero, procedente de París, había imposibilitado cualquier tipo de ensayo.

El concierto estuvo dividido en cinco actos, al que se le añadiría uno más al término de la función debido a la insistencia del público, entregado y con ganas de más. Las piezas que Hyperpotamus & Abdallah Miniaway ofrecían tenían un patrón común. En primer lugar, el parisino de origen indio entonaba cánticos tradicionales o los interpretaba con su trompeta. Al mismo tiempo, el extravagante líder del grupo escupía ruidos y sintonías que grababa con su mesa de mezclas. De esta forma, podía juntar y reproducir varias sonidos a la vez, incluso mientras iba improvisando otros distintos por encima. Un sinfín de posibilidades y variantes auditivas que iba in crescendo. Como colofón final de cada acto, el alma mater endurecía el ritmo de la melodía con un potente y rotundo beat box que casi convertía el teatro en el pub de moda del distrito.

El público se mostró muy contento con el singular espectáculo de música experimental. Algunos aseguraban que había sido el mejor concierto del Centro en bastante tiempo. Otros agradecían este tipo de iniciativas y más ahora que, con el frío en la calle y los días tan cortos, se hace complicado saber qué hacer con los niños el fin de semana. Sin duda, la anárquica y variopinta función superó con creces las expectativas locales.

 

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