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El distrito de Latina celebró el fin de semana de la ‘No violencia en el deporte’

“El deporte profesional consiste en ganar, por lo que en el deporte base hay enseñar a ganar. Los chicos deben entender que no todo vale, así el día que solo se rijan por la victoria, buscarán el fin respetando los medios”. La frase es de José Luis de Gómez-Sellés, entrenador de la cantera del Club Baloncesto Estudiantes durante más de tres décadas.

En los últimos años el deporte infantil se ha profesionalizado hasta límites insospechados, y muchos pequeños dejan el disfrute a un lado para enfrentarse a la exigencia de los que más aprietan: los padres. Las tácticas encorsetadas, las estructuras de juego profesional o la avaricia por ganar convierten los fines de semana en verdaderos sufrimientos. Lo cierto es que la violencia y el insulto están a la orden del día.

Por eso mismo el distrito de Latina celebró el pasado fin de semana (27-28 de octubre) una jornada de reivindicativa, donde en cada partido de fútbol, fútbol sala o baloncesto se vivieron momentos de complicidad y amistad. El deporte educa, en la victoria y en la derrota, obliga a niños y niñas a desenvolverse por primera vez solos, e inculca valores como la cooperación y la solidaridad.

Los más pequeños disfrutaron del deporte con la consigna del respeto al árbitro y al contrario| Fuente: David Castaño.

Antes de cada partido los pequeños salían con camisetas contra la violencia y el insulto, se hacían fotografías los dos equipos juntos, se celebraba un tercer tiempo con los padres, jugadores y árbitro, y se entregaron premios a los clubes más deportivos. Entre los regalos, entradas para encuentros del Getafe, Rayo Vallecano, Estudiantes o Montakit Fuenlabrada.

Además, se organizaron más actividades de carácter lúdico: castillos hinchables, futbolines gigantes, parques de bolas o mesas de ping pon. Acciones dirigidas a reducir la tasa de violencia en el deporte infantil, cifra que se ha visto incrementada de forma severa en los últimos años.

¿Cómo poner fin a la violencia?

Según el Sindicato de Árbitros cada fin de semana se producen unas 50 agresiones a árbitros en el deporte base en toda España. Aproximadamente en un 80% de las ocasiones los culpables son los padres de los pequeños. Es decir, que cada sábado y domingo, niños y adolescentes tienen que aguantar no solo las indicaciones de sus padres sino sus sesiones extra de boxeo y lucha libre.

Toda iniciativa es buena, pero hasta el momento ninguna consigue reducir la violencia, así que habrá que buscar medidas que afecten a los resultados deportivos, que, a fin de cuentas, parece ser lo que más preocupa a muchos padres. Por ejemplo, en caso de que el árbitro tenga que parar un partido por culpa de alguien del público, se da por finalizado y se restan tres puntos a cada equipo.

El deporte inculca valores de trabajo y cooperación, por eso mismo la violencia nunca tiene cabida| Fuente: David Castaño.

Lo que no puede seguir sucediendo es que muchos pequeños salgan llorando de los partidos, o que a muchos chavales se les grite y exija como si jugasen en los mejores campos o pabellones. El deporte base está para aprender, y disfrutar, es obvio que cuanto más se gana más se disfruta, pero nunca a cualquier precio. La violencia y el insulto nunca tienen cabida.

Lo más grave de todo, es que las trifulcas siempre surgen a partir del mismo parámetro: la derrota. Situación de aprendizaje para Enrique Rojas, catedrático de psiquiatría que asegura que: La derrota es lo que te hace crecer como persona, si sabes aprender las lecciones que te da. La derrota enseña lo que el éxito oculta. Es la lucidez del perdedor, la nitidez de captar lo que la vida nos da cuando pasa delante de nosotros”. Ya lo dijo Michael Jordan, solo se tiene éxito cuando antes se falla mil veces.

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