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Victor Conde: “La principal virtud de un artista es su constancia»

Son las pequeñas cosas las que definen la personalidad de la gente y con él no iba a ser diferente. El detalle de hacerme un hueco para concederme esta entrevista en plenas Navidades ya decía mucho de él, pero mis dudas sobre su cercanía y humildad quedaron disipadas en el momento en que llegó a la cafetería donde decidimos realizar la entrevista. Al llegar pude percibir en él una entrañable victor conde[1]timidez que se iría desvaneciendo a medida que entablábamos conversación. Llevaba vaqueros y una camisa de R2-D2, el famoso robot de Star Wars, que descubría por completo su pasión por la ciencia ficción. Alfredo Moreno Santana, su verdadero nombre, es, en apariencia, un tipo normal, pero cuando se viste de Víctor Conde y se sienta a escribir nos deja boquiabiertos con su enorme imaginación y talento. Ciencia ficción, fantasía, terror… Se atreve a escribir todo tipo de novelas, es capaz de hacerte temblar de miedo, flotar en el espacio exterior o sumergirte en un mundo de hadas. Este escritor tinerfeño obtuvo su máximo reconocimiento en 2010, año el que le concedieron el prestigioso Premio Internacional de Ciencia Ficción y Literatura Fantástica (Premio Minotauro) por su space opera Crónicas del Multiverso, tras haber sido nominado en dos ocasiones: 2004 por Mystes y 2005 por El teatro secreto.

Desde niño siempre mostró debilidad por la literatura, pero no como escritor sino como lector, y no fue hasta pasados los 25 años cuando realmente decidió que quería escribir y hacer de ello su profesión. Confiesa ser un privilegiado por poder dedicarse plenamente a la escritura. “Hasta los más grandes, los de los best sellers tienen otro trabajo complementario, por suerte, yo puedo permitírmelo porque también escribo guiones para cine y televisión”.

¿Cómo conseguiste que publicaran tu primera novela? Conseguí que me la publicaran dando mucho el coñazo. Me enteré de que existía en España una reunión anual de aficionados al mundo de la ciencia ficción y la fantasía. Fui a mi primera reunión en 2001, en Zaragoza y perseguí por ahí a todos los autores que encontré hasta que logré que me escucharan, me hicieran caso y me concedieran mi primera oportunidad.

¿Es complicado hacer llegar al público una novela fantástica y obtener buena crítica? Que llegue al público no es complicado, sobre todo al público joven. El público adolescente ha crecido entre fantasías, no como la gente de la generación de mis padres que parece que tienen un gen anti-fantasías que les impide leer ese tipo de libros, pero ese público de antes me preocupa menos que el de ahora, que es en el que me centro.

¿En qué situación encuentras el panorama literario con esta coyuntura de crisis que vivimos? Los libros siempre han sido caros, es un artículo que nunca cae en rebajas, salvo el día del libro en que te hacen un cochino 5% de descuento. Desafortunadamente se considera un artículo de lujo, pero a pesar de esto, en España se venden muchos ejemplares. Hay una oferta enorme, lo que lleva al lector a seleccionar y esto hace que la competencia entre escritores aumente y juguemos en desventaja con los autores de gran renombre que tienen mucha publicidad detrás. En mi caso en particular me cuesta muchísimo vender un libro que esté en la misma estantería que Crepúsculo, por ejemplo. Ser escritor es una carrera de fondo y confío en que poco a poco la competencia se vaya acotando y vaya haciéndome mi propio hueco. Lo que sí te puedo decir es que nunca he recibido ninguna subvención, mis libros siempre han competido de tú a tú con todas esas grandes novedades pero es así como realmente aprendes el modo en que funciona el mundo editorial y lo duro que es.

Cada escritor es un mundo, pero todos reciben influencias de otros autores, ¿cuáles son tus referentes? En el comienzo de mi carrera me fijé mucho en un escritor norteamericano Dan Simmons, que aún está en activo. Me fije en él porque hacía space opera, que es el tipo de ficción que siempre me ha gustado. Nunca he sido amigo de la ciencia ficción especulativa, de ese tipo que plantea qué pasará de aquí a 100 años, a mí lo que me molan son las navecitas. Fuera del campo de la ciencia ficción siempre he sido admirador de la Generación Vip, una de mis últimas novelas tiene mucho de William Burroughs y estoy bastante contento con el resultado. También he de decir que me declaro fan incondicional de Tolkien, he crecido con muchas de sus obras en mis manos.

La tónica habitual en tus libros es la aparición de historias de amor, ¿recurres a ellas por exigencias de la trama o por cuestiones comerciales? Considero que todas las historias son historias de amor, para mí es vital una historia de amor, de hecho podemos hablar de mi novela Hija de lobos, la más rosa que he escrito nunca a pesar de ser de terror. Para mí, en el fondo de cada historia hay amor, y desde ahí crece luego toda la parafernalia de ficción, de terror o de fantasía y los grandes conceptos como la búsqueda de un héroe…

¿Y el sexo? Siempre lo incluyo en mis novelas, el sexo me parece algo natural, de hecho en mi trilogía de Los Heraldos, aunque no se describen escenas de sexo, los adolescentes que la protagonizan sí que hablan abiertamente de sexo, es algo con lo que todo el mundo se lleva las manos a la cabeza, por incluirlo en una novela enfocada a un público juvenil. Recuerdo un acalorado debate con Laura Gallego, en una mesa redonda en Mislata, Valencia, ella decía que jamás incluía sexo en sus novelas porque no lo consideraba necesario y yo me oponía defendiéndolo como algo natural y hermoso. Son diferentes concepciones, ambas válidas, recuerdo que esta disputa dialéctica dio para mucho y fue muy divertida.

En el año 2004 quedaste finalista del premio Minotauro por tu novela Mystes, ¿de qué manera influyó en tu trayectoria profesional este hecho? En aquella época me estaba tambaleando, todos tenemos un momento en el que las fuerzas flaquean y yo lo estaba sufriendo. Justo antes había publicado tres novelitas y ninguna de ellas había acabado de funcionar en el mercado. Me estaba desinflando por momentos y empecé a preguntarme si realmente servía para esto. Fue entonces cuando llegó la nominación al premio Minotauro y esto supuso un impulso que me dura hasta hoy. Cuando logras tener tu primer best seller, cosa que yo aún no he conseguido, ya es todo más fácil porque ya tienes un nombre conocido, un nombre que supone una marca reconocible para el público, pero antes de esto debes tener mucha confianza y perseverancia, yo fui afortunado por obtener ese reconocimiento, pero la clave sin duda alguna está en perseverar y en mentalizarte de que quizás el primero puede no funcionar, pero que el segundo va a ser la hostia.

Tras una segunda nominación en el año 2005 por Mystes, por fin en 2010 lograste hacerte con este galardón por tu novela Crónicas del Multiverso. Pues sí, y esa fue la confirmación definitiva de que la industria del libro estaba dispuesta a apostar por mí como autor, entonces me relajé y pensé que a partir de ahí todo sería diferente, y no me equivoqué. El hecho de haber ganado el Minotauro supuso dejar de ser un nombre más, ahora de cara a la propia industria se me mira de otra forma, no me cierran las puertas en las narices como hacían antes. No sé lo lectores pero la industria me trata mucho mejor.

Comenzaste publicando relatos en Internet y uno de tus últimos libros también ha sido publicado únicamente en formato digital. ¿Te gusta publicar de esta manera o es simplemente una manera de adaptarse a los nuevos tiempos? Yo realmente siempre he preferido el libro en formato papel, es mucho más romántico, el libro es tangible, lo puedes tocar y oler. Pero como me gusta la ciencia ficción, soy tecnófilo, por lo que creo que también debemos apostar por los nuevos formatos, eso sí, sin descuidar los clásicos. Ahora mismo nos encontramos en un momento en que en el mundo editorial se está implantando el libro electrónico. Realmente nadie sabe si esto triunfará, por ahora conviven ambos formatos. Lo de publicar ese libro solo en formato digital fue a petición del Grupo Planeta, que es la editorial encargada de su publicación.

¿Y crees que tendrá éxito? El porcentaje de usuarios de libros electrónicos en España aún es muy bajo, no sé si será por tradición, pero a mí, leer en el formato digital, se me hace aún pesado, de ahí mis dudas sobre su éxito. El lado positivo de este formato es que se le está dando oportunidades a mucha gente novel para que publiquen sus obras, es una manera de hacer llegar a las editoriales novelas de escritores desconocidos, que en muchos casos poseen gran talento, no conlleva costes, las obras se almacenan en un disco duro y se imprimen en el caso en que la demanda sea alta.

Pero hay también un lado negativo ¿no? Por supuesto, el lado negativo de este asunto es la sobresaturación con la que se encuentran los lectores en cuanto al número de obras en el mercado y la gran competencia a la que nos enfrentamos los autores. Si cada año en España se publican unos 75.000 títulos nuevos, con el paso del tiempo, esta cifra se multiplicará.

En tu estilo de escritura destaca el especial cuidado que pones en describir los ambientes, lugares y escenas, eres muy visual. Eso se lo debo a que provengo del mundo del cine. Antes de dedicarme a escribir novelas, quería ser director de cine, como muchos otros jóvenes de mi época, pero descubrí que para eso no tenía talento. Realice varios cortos hace años pero resultaron ser muy malos, tendrían daños cerebrales todos los que se pusieran a verlos. Es cuando asumí que no se me daba bien dirigirlo visualmente, pero sí contarlo, entonces me senté delante de mi ordenador a escribir y me di cuenta de que lo que realmente hacía no era escribir libros, sino novelizar historias visuales, y es por eso por lo que todos me dicen que mis novelas son muy visuales, porque las imagino como si fueran películas, es mi técnica, me voy imaginando la novela en mi cabeza escena por escena como si de una película se tratase, con ángulos de cámara, personajes, ambientación, etc.

Para cerrar esta entrevista, me gustaría que finalizaras dando un consejo a aquellos lectores jóvenes y no tan jóvenes que tienen inquietud por la escritura y a los que les gustaría dedicarse a esto algún día. Siempre que me dicen eso yo doy la misma respuesta porque me parece fundamental. La principal virtud de un artista cualquiera que sea su disciplina es la constancia, más allá incluso que el dominio de la técnica, las tablas que tengas como escritor o el conocimiento del medio. Todo eso se adquiere con el tiempo. Lo que no todos tienen es constancia, no rendirte nunca. Si quieres escribir tu primera novela lo que debes hacer es sentarte y escribirla, no dejar pasar la oportunidad o posponerla para un futuro en el que puedas tener más tiempo, porque nunca vas a tenerlo, de hecho cuanto mayor te haces menos tiempo tienes, por lo que debes atacar ese sueño ya, ahora es el momento. Así que a la gente que quiere escribir siempre les digo que no lo dejen para mañana, mándalo todo a la mierda, siéntate en el ordenador a escribir tu libro y luego mantente constante en ese sueño, los primeros fracasos serán duros, pero con el tiempo, vas a saber moverte dentro de este mundo al que te quieres dedicar, aprenderás todos los trucos necesarios y podrás dedicarte a lo que te gusta, todo ello con un buen pellizco de suerte.

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