Redes Sociales Científicas, el nuevo marco de divulgación académica
Las Redes Sociales Científicas son herramientas que, en los últimos años, han supuesto una ventaja dentro de la comunidad académica para poder difundirse a través de ellas trabajos de investigación. Researchgate, Academia.edu, Mendeley, Methodspace y MyScienceWork son las más reconocidas.
Las ventajas de estas recientes
plataformas especializadas son numerosas. Por una parte, permite al
investigador hilar toda una red de contactos provenientes de su mismo campo
científico, así como compartir entre ellos sus investigaciones y debatir sus
contenidos mediante foros. De esta forma, estas redes no solo promueven
trabajos de investigación, sino que fomentan la creación y gestión del perfil
del investigador y que este pueda darse a conocer entre sus colegas de
profesión.
Por otra parte, estos espacios de
uso exclusivo y profesional, suponen una alternativa a los medios de difusión
más tradicionales como libros y revistas especializadas, que pueden ser,
incluso, integrados en las redes científicas ofreciendo al usuario la opción de
descarga. Además, tal y como señalan expertos en la materia, este tipo de redes
sociales, a diferencia de las vías de divulgación más tradicionales, dan la
posibilidad de llegar a un público más amplio, no limitándose únicamente a la
comunidad científica, sino a cualquier persona que simplemente esté interesada
en este tipo de contenido.
Con respecto a los problemas que
han suscitado estas herramientas, son varios. En primer lugar, las Redes
Sociales Científicas aún no han podido constituirse como un negocio en sí.
Destaca la falta de rentabilidad y de permanencia en el tiempo. ¿Cómo se han
financiado hasta entonces? Academia.edu ha incorporado servicios Premium y
Researchgate cuenta con inversores muy influyentes como Bill Gates.
Asimismo, estas redes digitales no
cuentan con muchos elementos multimedia. Primero porque no hay demanda para
insertarlos, y segundo, porque muchos de los usuarios pertenecen a una
generación mayor que no tienen un conocimiento completo sobre herramientas web.
Por tanto, no exigen muchos recursos multimedia. Otro obstáculo con el que
tienen que lidiar estas aplicaciones es la reticencia de muchos a
investigadores a publicar sus trabajos en la red por miedo a que se vulneren
sus derechos de autor. Prefieren seguir apostando por medios más tradiciones.
Igualmente, plataformas como Researchgate impiden la publicación de todos los
trabajos de un mismo investigador al ser publicados previamente en revistas y
libros que se apropian de sus derechos de autor.
En definitiva, las Redes Sociales
Científicas, con sus más y sus menos, han supuesto una innovación en la
divulgación de las producciones científicas y académicas.