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Visita al corazón de Sorolla en pleno Madrid

La casa museo dedicada al pintor valenciano se sitúa en lo que fue su hogar y estudio durante los últimos años de su vida y recopila una gran colección de los cuadros más representativos del artista, como “Madre”, “El baño del caballo”, “La bata rosa” o “Paseo a orillas del mar”, además de retratos, autorretratos y una exposición temporal.

Cuando el visitante cruza el gran arco de ladrillo de entrada al museo, deja de lado el ruidoso Madrid y se introduce en los jardines de inspiración andaluza, por los que deambulaba el pintor valenciano Joaquín Sorolla; en su casa, en su estudio, en su vida.

La visita al Museo comienza en las estancias de trabajo del artista (salas I, II y III), pintadas del mismo rojo oscuro que eligió Sorolla, decoradas con los lienzos más importantes y característicos de los distintos momentos que vivió el artista. Estas salas albergan el taller-almacén, el despacho y el estudio de Sorolla, donde se encuentran en convivencia sus obras –parte de la exposición permanente– con los objetos originales de la vivienda.

En esta primera parte del recorrido, “El baño del caballo”, uno de los más conocidos, muestra un Sorolla popular: el agua y el sol en las playas de Valencia. Llama la atención la sala ocupada por los retratos familiares, pues demuestran un profundo afecto por su mujer Clotilde, a la que le dedica multitud de obras, y por sus hijos. En referencia a este amor, destaca la obra “Madre”, donde conmemora el nacimiento de su hija menor, todo un ejemplo de su capacidad para transmitir emociones a través del juego con la luz y los blancos.

El estudio es uno de los talleres de artista mejor conservados en Europa y el espacio más representativo del museo. En él se encuentran utensilios de trabajo del genio español (caballetes, paletas, pinceles…) que junto con la iluminación indirecta que ofrecen las claraboyas y ventanales, los objetos personales y la calidez de sus cuadros, lo convierten en un lugar único, acogedor, que transporta al público al corazón de Sorolla. “Paseo a orillas del mar” y “La bata rosa” destacan por la naturalidad y las distintas modalidades de luz en ese ambiente mediterráneo tan común y familiar para el artista.

El salón, muy luminoso gracias a la rotonda acristalada, cambia completamente en cuanto a los materiales y la decoración, de la que cabe destacar la lámpara de techo realizada en bronce y vidrio por Tiffany (Nueva York). Del comedor llama la atención el friso, decorado con guirnaldas de frutas, en el que aparecen los retratos de su mujer y sus hijas.

Legado fotográfico

Al subir a las dependencias de la planta superior, la cual albergó los dormitorios de la familia, entramos en una reconstrucción fotográfica del ambiente creativo del pintor: la exposición temporal Sorolla en su paraíso.

La muestra, disponible hasta el próximo 21 de enero, ofrece una visión de la evolución del retrato fotográfico y, aunque la importancia de la fotografía en el trabajo del valenciano es conocida, sorprende el valor del lenguaje de las cámaras en la vida de Sorolla. Es curioso ver cómo fue el protagonista del trabajo de maestros fotógrafos de la época, que le retrataron en su estudio, escenarios de trabajo, vida en familia…  Toda la muestra está acompañada por citas textuales de grandes personajes españoles, como Azorín o Juan Ramón Jiménez.

Datos de interés

La casa museo se puede visitar en Paseo General Martínez Campos 37 (Metro Gregorio Marañón [L7, L10], Iglesia [L1], Rubén Darío [L5]), en horario de martes a sábado de 9.30 a 20 horas y domingos y festivos de 10 a 15 horas. El precio general de la entrada es de 3 euros (reducido 1,50 euros).

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