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Una Torre de Hércules en Ciudad Universitaria

Ancla situada en la entrada para vehículos | FOTO: Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales.

 

Las  numerosas facultades y escuelas técnicas de la Ciudad Universitaria de Madrid conforman una bella arquitectura que acoge a miles de alumnos y profesores para ser uno de los centros neurálgicos universitarios de España. Entre ellas cabe mencionar, tanto por su belleza como por su singular diseño, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid.

Orígenes y contexto temporal

Su construcción se remonta al año 1948, en la Avenida del Arco de la Victoria, con el objetivo de ser el centro de la ingeniería naval española, tras haber tenido varias sedes por el resto del país.

Es conveniente saber que las enseñanzas técnicas, especialmente en el sector naval, estaban orientadas tradicionalmente  hacia el ámbito militar, y no es hasta principios del siglo XX cuando se comienzan a tratar problemas de origen civil. Así pues, primero en Ferrol y posteriormente en Cartagena y Madrid, se crean unos estudios dirigidos a civiles sin ninguna relación con el ejército. Es en ese momento en el que se proyecta la construcción de la escuela.

Biblioteca
Biblioteca chapada en madera | FOTO: Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales

Una arquitectura singular

Entre las diversas singularidades del edificio, sin duda la más distintiva a primera vista es la gran torre que se alza desde el edificio principal, una réplica de la Torre de Hércules, una gigantesca estructura localizada en la ciudad de A Coruña, que sigue siendo el faro romano más antiguo en funcionamiento del mundo, ya que remonta a la época del emperador Trajano.

También cabe destacar su particular diseño interior,  en el que encontramos desde ventanas circulares típicas de embarcaciones marítimas, llamadas comúnmente ‘ojo de buey’, un espectacular hall circular de mármol con una enorme rosa de los vientos, hasta una biblioteca, más estética que funcional, completamente chapada en madera.

En definitiva, un edificio que merece ser visitado, por su originalidad y personalidad propia, aunque sea solo para maravillarse con la variedad de lugares que podemos encontrar en la ciudad, verdaderas joyas de la arquitectura madrileña.

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