Los orígenes de Chamberí
Aunque ahora esté considerado como uno de los barrios más castizos de Madrid, a principios del siglo XIX Chamberí no era más que una aldea. Hasta el siglo XIV, sus tierras pertenecieron a la Orden del Temple, y los miembros de la Corte las utilizaban para organizar cacerías. Con el paso de los años, a la actividad agrícola se fueron añadiendo las primeras industrias, sobre todo de fabricación de ladrillos y tejas.
Alrededor de 1850, Chamberí contaba con quince fábricas, entre ellas la Fábrica de Tapices, varias de productos químicos y las famosas fundiciones de Sandorf y Buenavista. Con motivo de esas industrias, los habitantes de estas tierras eran conocidos con el nombre de “chisperos”.
Para conocer el origen del nombre del distrito nos tenemos que trasladar hasta 1808, cuando dio comienzo la Guerra de la Independencia entre España y Francia. Las tropas de Napoleón se instalaron alrededor de Madrid para tratar de conquistar la ciudad, concretamente en la explanada que hoy ocupa la Plaza de Chamberí. El regimiento francés que permaneció allí era el Regimiento Chambéry, en honor a la ciudad del este de Francia, capital de Saboya.
Esta plaza lleva el mismo nombre que el ilustre barrio madrileño, pero a lo largo de la historia ha tenido otros nombres como Plaza del Marqués de la Ensenada y Plaza del Duque de Alba.
El libro “Chamberí en Blanco y Negro, 1875-1975” hace un recorrido por la historia y el urbanismo del distrito a lo largo de un siglo. Reúne más de 300 fotografías, divididas en seis apartados: cultura, urbanismo, chamberileros, arquitectura, comercio y fiestas. En ellas se puede apreciar la transformación de la ciudad, así como conocer a personajes ilustres que vivieron allí, los lugares de ocio y los edificios que componían, y componen el barrio.
