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Las narrativas transmedia se sumergen en la labor periodística

Enlaces, infografías, podcasts, videos, canciones, Twitter o Facebook conforman la multitud de recursos y plataformas que, en la actualidad, están disponibles para la creación de historias periodísticas. Sin duda, Internet supone una ruptura de los modelos clásicos que da lugar a la experimentación y al afán de consolidar nuevas formas de transmitir la información.

Las formas convencionales conviven con otras propuestas interactivas en un escenario que se transforma constantemente. Un espacio que resulta idóneo para el periodismo en la medida que sus contenidos pueden expandirse, retroalimentarse y circular por diferentes plataformas.

En este sentido, la narrativa transmedia sale a la luz: los periodistas optan por transmitir un mensaje fragmentado en partes a través de distintos medios utilizando varios formatos (audio, texto, video etc.) Cada uno de estos fragmentos es diferente y debe poder ser entendido por separado, sin embargo, en su conjunto, contribuyen a la expansión del relato periodístico.

La web no solo posibilita una forma atractiva y novedosa de producir la información sino también es un medio que llama a la participación de los usuarios. Como explica Ainara Larrondo en la revista de la Universidad Ramon Llull Trípodos (2016) se trata de “un gancho para una audiencia cada vez más acostumbrada a la cultura de lo visual”.

Sin participación del público no hay transmedia | Fuente: Códice

Ahora, el periodismo se aventura en los entresijos de las narrativas transmedia, en ocasiones de forma inconsciente y movido por la dinámica actual, pero siempre teniendo en cuenta que es una opción para involucrar a las audiencias. Al fin y al cabo, su objetivo es conectar con el público y lograr que éste interactúe con el contenido, comparta sus impresiones y contribuya al desarrollo de la historia.

Los receptores se convierten en los llamados prosumidores que aportan sus experiencias en una dinámica de consumo muy distinta, en la que no existe una lectura encorsetada con un comienzo fijado y un fin prestablecido y prevalece la libre movibilidad por el espacio informativo.

Los medios de comunicación se enfrentan, por tanto, a un nuevo modo de realización que va más allá de la suma de productos terminados y se basa en la comunidad. Así, surgen proyectos como Detrás del camuflado (2010), creado por el equipo de nuevos medios de El País de Cali, que requiere de la interactividad por parte del público para su visualización y destaca por impulsar a la participación mediante el envío de videos, fotografías o comentarios.

Detrás del camuflado (2010) | Fuente: El País de Cali

Ante el devenir tecnológico y las nuevas prácticas de recepción, a los profesionales de la información no les queda otra que asumir un cambio de actitud frente a la elaboración de contenidos informativos. El periodismo transmedia “es una forma de narrar un hecho de actualidad que se vale de distintos medios, soportes y plataformas, donde cada mensaje tiene autonomía y expande el universo informativo, y los usuarios contribuyen activamente a la construcción de la historia”, según Kelly Robledo en su tesis sobre el Periodismo político transmedia (2016).

Por ello, adquirir nuevos conocimientos resulta necesario para captar la esencia de estas narrativas y adaptarse a las dinámicas de trabajo. Con el fin de sobrevivir en la esfera digital, aparece la figura del periodista polivalente, capaz de manejar lenguajes como el audiovisual, el radiofónico o el hipertextual.

Adentrarse en la creación de proyectos periodísticos transmedia requiere un gran esfuerzo creativo además de una estrategia organizada y mucho tiempo. No obstante, aunque exista incertidumbre acerca de su funcionamiento en una sociedad que todavía no está acostumbrada a estas propuestas, el periodismo transmedia se encuentra en un momento de expansión.

Y es que este ofrece diferentes puntos de vista, potencia la inmersión y la interactividad, y profundiza en la información. Asimismo, esta práctica se asienta cada vez más gracias a que proporciona el aumento de la fidelidad de los lectores. ¿Por qué rechazar esta tendencia que facilita la transmisión de historias complejas?

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