Opinión

Heteronormativismo en la ciencia ficción clásica

Stephen_Vaughan_Roy-Batty-Blade-Runner-1981A pesar de que la ciencia ficción pudiera imaginar increíbles avances que ahora son alcanzables y alcanzados, sus grandes escritores casi siempre obviaron las relaciones entre parejas del mismo sexo. Es cierto que muchos relatos rompen con el binarismo establecido, pero se reduce a una mera cuestión de estética andrógina, sin profundizar en los aspectos sexuales de sus protagonistas. La moda en el género fantástico no es binaria, pero la sexualidad si.

El heteronormativismo predomina en los principales clásicos de la ciencia ficción. Muchos romances se han establecido entre robots y humanos, pero siempre entre “mujer y hombre”. En ¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas? de Philip K. Dick, su protagonista Rick Deckard se enamora de un ejemplar femenino del Nexus-6… ¿Os suena? En efecto, estoy hablando del libro del cual se basa la película Blade Runner. Ni en la ciudad de Los Ángeles en el 2016 hace tratar este aspecto. Como al igual ocurre en Preludio a la Fundación de Asimov donde Hari Seldon se enamora de la robot femenina Doors. Es cierto que estoy haciendo una crítica hacia la heteronomartividad, pero hay que tener en cuenta que estos autores introdujeron en el imaginario colectivo un tema bastante chocante en su época, las relaciones sexuales con robots.

En cuanto a las distopías, la crítica comunista (en gran parte) y fascista en 1984 de George Orwell tampoco nos deja mucho a la imaginación con el amor entre Winston y Julia. En Un Mundo Feliz ultraliberal, Huxley nos muestra una sociedad donde el compromiso está mal visto y en el que el sexo es el principal acto social. Resulta paradójico en este caso, pues tener hijos es un acto de salvajes (los humanos son reproducidos en laboratorios), y aunque el sexo se concierte, sigue habiendo heteronormativismo aún estableciéndose condiciones propicias para la diversidad sexual. Tanto en Crónicas Marcianas de Bradbury como en Guía del Autopista Galáctico de Adams encontramos estos mismos ejemplos.

Las críticas al genio de la ciencia ficción sobre el poco tratamiento acerca de las relaciones homosexuales hicieron que Asimov tratara en Los Propios Dioses este tema con bastante fluidez. La ciencia ficción clásica se remonta mínimo 50 años, lo que cabe de esperar que muchos de estos temas fueran tabú, aunque no se trataran los temas de forma tan directa, siempre había guiños al concepto de amor no establecido (robot/humano), perfectamente interpretable a la lucha LGTBI por el amor ante la incomprensión del resto de la sociedad. Lo curioso hubiera sido que, además de robot, que hubiese sido masculino, pero está claro que si esto hubiera sido así, por ejemplo la obra de Dick, no hubiera visto la luz en su época o nunca hubiera llegado a nuestros días.

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