Opinión

¿Gestación subrogada o vientres de alquiler?

¿Es ético el uso de los vientres de alquiler como técnica reproductiva? El continuo debate sobre la regulación y legalización de esta práctica está, ahora más que nunca, en el punto de mira. Sin embargo, más allá de la moral de cada uno y de los diferentes pensamientos discutibles que se puedan poner sobre la mesa, está la importancia del lenguaje utilizado por los medios de comunicación para referirse a este tipo de reproducción.

Como en cualquier debate que se preste, existen dos bandos. Por una parte los defensores de esta práctica, que prefieren denominarla ‘’gestación subrogada’’, alegan que llamarla vientre de alquiler implicaría reducir la importancia de la mujer únicamente a la capacidad de su vientre, cosificándola. Por la otra, se encuentran los contrarios a esta técnica de reproducción, que defienden el término ‘’vientre de alquiler’’, ya que refleja con claridad la realidad de la compra-venta que supone este tipo de práctica.

Una vez expuesto lo anterior se abre la importante polémica, la de las palabras que se deben utilizar en los medios de comunicación para referirse al uso de este tipo de técnicas. La realidad es que utilizar gestación subrogada como término es emplear un eufemismo para tapar la existencia de unos vientres de alquiler que siguen existiendo en la actualidad. Una realidad en la que las mujeres ceden y alquilan una parte de su cuerpo a otras familias que buscan tener un hijo biológico. Entonces, ¿por qué taparlo y esconder la presencia de algo dando rodeos y evitando palabras hirientes, pero que, al fin y al cabo, son reales?

Por su parte, hay quién defiende la diferenciación de términos entre aquellos casos en los que sí existe explotación hacia una mujer a través de la compra o alquiler de su vientre (vientre de alquiler) y los casos en los que la propia muchacha se ofrece a gestar gratuitamente para aquellas personas que no pueden quedarse embarazadas (gestación subrogada).

Si algo está claro es que la controversia sobre el lenguaje utilizado seguirá existiendo mientras siga habiendo gestación subrogada y vientres de alquiler, así como personas que defiendan o ataquen esta práctica. Mientras tanto, los medios podrán utilizar el lenguaje que crean más oportuno según el caso del que se trate y la realidad que intenten transmitir con sus informaciones.

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