CentroCulturaMadrileandoMuseos

El Centro de Artes de Vanguardia La Neomudéjar expone la obra del Premio Pulitzer 2013 Manu Brabo

La Neomudéjar huele a imaginación. El Centro de Artes de Vanguardia (CAV), situado en el corazón del Paseo del Arte, apuesta por rescatar espacios en desuso para gestionarlos con usos culturales de calidad.

Entrada del CAV La Neomudéjar. Foto: Lorea Reyes Oraá

En el verano de 2013 abrió sus puertas para dar voz a  las New Media Arts y a los creadores de vanguardia, impulsando así el arte urbano y alternativo. “En aquel momento no existían espacios que albergaran programación de arte diferencial o de vanguardia y considerábamos que era necesario que la ciudad tuviera este tipo de espacios de una manera continuada, con programación y lugar para las artes menos convencionales”, explica Francisco Brives, codirector del Museo.

La entrada del recibe a los visitantes con un cartel que reza: “Bienvenido. Este no es un sitio real, este es el espacio de los creadores, de los locos, de los silenciados, un lugar para la libertad y la creación de vanguardia”.

Sin embargo, de sus paredes cuelgan imágenes reales. Imágenes que hasta  el 3 de diciembre componen la exposición Un día cualquiera, del fotoperiodista Manu Brabo (Premio Pulitzer 2013) de la mano de National Geographic.

Un recorrido fotográfico por las guerras, conflictos y revoluciones que han marcado el inicio del siglo XXI en Oriente Medio.  La colección muestra las consecuencias más visibles y esas “pequeñas” islas de paz que ofrece el día a día de tantos millones de personas obligadas a sobrevivir al infierno. “Acogemos la exposición como apuesta de arte político y en ese sentido siempre damos cabida a iniciativas como la que ha traído National Geographic”, señala Brives.

Algunas del las imágenes que se pueden visitar. Fotos: Lorea Reyes Oraá

El CAV La Neomudéjar apuesta por un arte comprometido con los valores sociales y denuncia explícita al poder: “Impulsamos el arte que está en conexión con la situación y la actualidad de un país -destaca el cofundador-. Es parte de una museística que se viene desarrollando desde hace varios años en toda Latinoamérica.”

La inclusión es una de las apuestas transversales del Centro así como la gestión sostenible desde la base. “Cada proyecto lleva una línea de financiación independiente y no dependemos de una bolsa conjunta, nunca hemos querido abarcar más allá de lo que finalmente éramos capaces de sostener económicamente”, presume.

Desde sus inicios, el CAV ha ido adquiriendo obras de diferentes artistas nacionales e internacionales queconforman la colección del Museo, dando como resultado más de 160.000 obras entre las destacan negativos, fanzines y piezas de audiovisuales.

El nombre de la nave, La Neomudéjar, hace referencia al estilo arquitectónico que se puso de moda en la península ibérica a finales del siglo XIX y principios del XX. Esta nueva forma de edificar se asociaba a construcciones de carácter industrial y las estaciones ferroviarias también apostaron por esta corriente, como las antiguas dependencias de Adif, donde se erige el actual museo. “Conservamos el nombre de La Neomudéjar, que es como nombraban de manera coloquial los operarios del ferrocarril a esta nave en particular, y como parte de la recuperación de la memoria del espacio, se rebautizó con ese mismo nombre”, cuenta Brives.

VID_20171124_112342

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *