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Cárcel de Ventas, hotel maravilloso

“La mujer en general delinque poco, pero sufre un castigo mil veces más duro que el del hombre. Yo he visto algunas cárceles de mujeres, y son un espectáculo que llena de horror. No es posible que un país civilizado soporte esta vergüenza más tiempo. Trataré, lo primero de arreglar las cárceles de mujeres, no por ser mujeres, sino por ser más urgentes. Mi criterio es de absoluta igualdad”
Con estas palabras expresa Victoria Kent su afán por cambiar el sistema carcelario de la Segunda República en la revista Estampa. Era abril de 1931y Kent acababa de ser nombrada Directora General de Prisiones, cargo que ostentaría tan solo hasta su dimisión en junio de 1932.
Victoria Kent fue nombrada para el cargo por el presidente provisional de la República, Alcalá Zamora, a propuesta del ministro de Justicia Fernando de los Ríos, uno de los propulsores de la Institución Libre de Enseñanza, en la que Kent basaba sus ideales de cambio y reformismo.
Antes de la llegada de la llegada de Victoria Kent, el sistema carcelario femenino se basaba en las Casas Galeras. Estas primeras cárceles previstas solo para mujeres fueron creadas por Sor Magdalena de San Jerónimo y tenían como principal cometido corregir la vida de las mujeres desviadas de lo correcto, con una clara función moralizadora. Estas presas por no seguir el modelo reservado para su género en ese momento histórico.
Para poder llevar a cabo sus reformas, Kent recorrió España primero, estudiando cómo era la situación de las cárceles del país, ya fueran masculinas o femeninas. De tal forma que la Directora de Prisiones cerró 115 cárceles de partido por no cumplir unas condiciones básicas; procedió a una renovación del funcionariado y sacó a las congregaciones religiosas de las prisiones; creó el Instituto de Estudios Penales para preparar al nuevo funcionariado, en el que se incluían mujeres; permitió la entrada en los presidios de psicólogos, trabajadores sociales y pedagogos y la implantación de talleres con una retribución por su trabajo a los presos.
Pero su proyecto mayor dentro del cargo fue la creación de una prisión modelo para las mujeres. La cárcel de Ventas fue finalizada una vez Kent hubo dimitido de su cargo y más tarde sería una de las prisiones utilizadas por el franquismo en la capital conquistada. La creación la Cárcel de mujeres de Ventas buscaba en primer lugar sustituir a la insalubre Prisión de Quiñones, la cual volvería a ser usada en período franquista.
En 1931 se colocó la primera piedra de Ventas . El proyecto fue ideado junto con Victoria Kent por el arquitecto Manuel Sainz de Vicuña Camino. Ambos pretendían llevar a la cárcel una concepción humanista y reformista.
Los planos de Ventas siguieron una concepción racionalista y de mejora de la vida de las presas. La prisión se ubicó en el barrio de Salamanca, aunque recibió su nombre por la cercanía plaza de toros de Ventas, la que también nombre el cercano barrio. Su emplazamiento se situaba en la calle de Marques de Mudéjar; la calle Nueva del Este; el paseo de Marqués de Zafra; y el Nuevo Pasaje del Madrid Moderno.
En el presidió tuvo la gran importancia la luz, por ello la creación de numerosas terrazas, patios y ventanas, para que las presas y sus hijos pudieran recibir baños de sol. También destacó por sus celdas individuales para un total de 500 presas; la presencia de un salón de actos y de una biblioteca, y que no hubiera capilla. Además, habilitaron la separación entre las presas políticas y las comunes.

Fotografía de la cárcel de Ventas


Las reformas implantadas por Victoria Kent no fueron bien vistas por todos los políticos y, tras numerosas críticas y presiones, decidió dimitir el 4 de junio de 1932. Terminaba de esta forma el período más rupturista del sistema penitenciario español, cerrándose así los cambios centrados en las peticiones de los presos y su situación, ya que según el historiador Luis Gargallo Vaamonde sus sucesores se centraron más en las peticiones del Cuerpo de funcionarios de Prisiones, y en la administración y burocracia.
La Cárcel de Mujeres de Ventas sería inaugurada el 31 de agosto de 1933 . Días más tarde las primeras presas llegarían desde la prisión de Quiñones. En ese momento el director de Ventas sería el hermano del poeta Machado, Francisco Machado, que regentaría el lugar acompañado ya por un el nuevo cuerpo de funcionarias que había creado Victoria Kent.
Con la llegada de la Guerra Civil Española la cárcel sufrió enormes cambios. En un primer momento se vació de mujeres y pasó a ser una prisión masculina desde el 24 de junio de 1936 hasta el 26 de marzo de 1937, cuando regresan las reclusas , produciéndose en esa época las sacas de Ventas, que terminaron con fusilamientos a las afueras de Paracuellos del Jarama.
Cuando vuelven las mujeres a Ventas destaca la presencia de presas de ideología franquista utilizadas como rehenes, como fue el caso de Pilar Millán Astray, hermana del fundador de la legión. Estas presas abandonarían la prisión, que sería ocupada por presas comunistas y anarquistas, como fue el caso de la militante del Partido Comunista Español Juana Doña. Su entrada fue propiciada por la Junta de Casado entre el 15 y 16 de marzo y, posteriormente, serían liberadas el 27 de marzo, antes de la entrada en la capital del ejército sublevado.
Con el comienzo de la dictadura la realidad de los presidios cambió totalmente, a lo que se suma que los años de posguerra fueron los de mayor actividad judicial, sucediendo entonces la mayor parte de detenciones y fusilamientos . Entonces la cárcel de Ventas destacó por el hacinamiento de las presas, el cuál no se puede cuantificar por la falta de documentos al respecto, pero se estima que llegaron a ser 5000 reclusas las que ocuparon las 500 plazas originales. En ese momento las internas ocupaban todos los espacios de la cárcel para dormir, tanto pasillos como patios, además de las celdas en las que llegaron a estar siete presas. También hubo niños dentro del presidio, pero no llegaron a estar reflejados en los registros.

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