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Arbeloa y Alonso glorifican la noche de Ronaldo

El salmantino y el tolosarra fueron los protagonistas indiscutibles de un encuentro con un segundo acto espectacular. Sergio Ramos fue expulsado a la media hora

Los jugadores del Real Madrid calientan sobre el césped del Santiago Bernabéu. / Diego Fonseca

Ancelotti no había prescindido de Ronaldo en lo que iba de temporada. Sin castigos de lesiones ni posibles partidos de descanso, Carletto había alineado a su pieza más valiosa –¿quién no lo haría?– cada vez que sus pupilos saltaron al tapete verde para disputar un partido oficial. Hasta ayer. La lesión sufrida en el encuentro contra el Almería, una sobrecarga en los isquiotibiales, dejó a CR invalidado para el choque contra el Galatasaray justo el día de su homenaje. Sin Ronaldo, y con Alonso en el banquillo, Carlo pasó el testigo a los más jóvenes. Isco, Jesé, Illarra y Casemiro salieron de partida en un partido en el que los protagonistas fueron Arbeloa, héroe indiscutible, y Xabi Alonso.

Sin noticias del Madrid en el primer acto, el coraje y el juego que avivó la retina de los aficionados se reservaron para los últimos cuarenta y cinco minutos. Desnortados, sin su referente en el centro del campo y sin Ronaldo arriba para arreglar el papelón, el Madrid naufragó durante el primer período sobre un juego sin ideas. Ni combinaciones ni contraataques. Solo Isco, el mayor librepensador sobre el campo, puso un pase a Bale que debía ser gol, gol o gol. El galés, con todo de cara, erró y mandó el balón contra la valla.

El Galatasaray, a las órdenes de Mancini, sabedor de que un empate sería un buen resultado, jugó con grilletes y se quedó en un suspiro, sin ofrecer nada, difuminado por un estilo raquítico. Incluso después de la expulsión de Ramos a la media hora –que se fue a la calle por un pequeño agarrón a Bulut después de perder la posición-, el equipo turco no supo herir al Madrid. Ramos, que había comenzado el partido con la relajación de los últimos tiempos -sin mostrar su enorme potencial-, se fue expulsado a la media hora abroncado por Ancelotti. “Te ha tomado la espalda, te ha tomado la espalda”, le recriminó el técnico italiano. Nacho entró para cubrir la posición de Sergio y suplió a Jesé, que vio acortado su protagonismo en el primer encuentro de Champions como titular en el Bernabéu. Solo un gol de falta de Bale, mitad mérito del galés mitad de Iscan, que vio impasible la trayectoria del balón, rompió el tedio del primer acto. Al instante el Galatasaray contestó y Bulut puso el empate tras una maniobra de Drogba, que dejó destellos del gran jugador que fue.

El coraje y el buen juego brotaron tras el descanso. Arbeloa, a pase de Di María, hizo el segundo con la izquierda rematando de primeras. Alonso, que estaba calentando, lo celebró como nunca, gritando y saltando mientras corría la banda. Justo después, recibido con una gran ovación, sustituyó a Casemiro y transformó al Madrid en un vendaval con diez jugadores. Su jerarquía enrareció el ambiente y los blancos encontraron la partitura de Alonso, la pausa y la velocidad, la capacidad para jugar como nadie a un toque y desplazar impecable sesenta metros el balón en largo. Xabi dominó el tempo.

Mientras tanto, Arbeloa, de dulce, tuvo otro tiro lateral que a punto estuvo de suponer su doblete. Después fue zancadilleado en el área contraria, pero el árbitro no lo vio y le sacó amarilla. La guinda fue su asistencia a Di María, que hizo el tercero. El público, rendido, coreó su nombre en la noche de Cristiano, al que le dedicaron una pancarta en el fondo norte. A la fiesta también se unió Isco, con un fantástico gol que demostró su calidad y cerró la goleada. “Todo el mundo dice que dependemos mucho de Xabi. Yo creo que el problema no es nuestro, sino suyo, que es tan bueno que te cambia todo. No hay un jugador en el mundo que sea capaz de influir tanto en lo defensivo y lo ofensivo. Es un pilar básico sobre el que se asienta este equipo”, explicó Arbeloa sobre el otro protagonista del partido, Xabi, después de que el árbitro pitase el final. En la noche de Cristiano, Arbeloa y Alonso salieron encumbrados.

Diego Fonseca Rodríguez

Periodista graduado por la Universidad de Santiago de Compostela. Experiencia en prensa impresa, prensa digital y radio. Ahora mismo en la Agencia EFE.

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